SANTIAGO.- Durante los últimos años, cada vez más presentaciones de tecnología incluyen una escena donde un usuario llega a su casa y las luces se prenden automáticamente, o se despierta y las cortinas se abren solas y la TV se enciente. Estas ideas aún no son algo común, pero sí están generando interés en el público.
Esa es la conclusión del estudio realizado por el ConsumerLab de Ericsson, la división de la compañía encargada de estudios de mercado, sobre el concepto del "hogar conectado". Y al menos en Chile el interés es bastante: en los resultados entregados hoy se indica que un 65% de los usuarios chilenos está "altamente interesado" en este tipo de desarrollos.
Con esta cifra, se supera el promedio a nivel mundial (47%) y las cifras registradas en España y Estados Unidos.
Específicamente, en el mercado chileno se nota una alta necesidad e interés en las áreas de seguridad en el hogar (48%), salud y bienestar (47%) y energía y servicios públicos (41%).
Según describe Ericsson, las principales razones que se indican para adoptar esta tecnología son mejorar la seguridad del hogar, controlar ciertos aspectos de la casa desde cualquier locación y un interés por las nuevas tecnologías.
La encuesta también revela las mayores barreras de entrada: falta de interés y costos percibidos.
"En general ha habido una respuesta positiva hacia el concepto y los beneficios del hogar conectado. Sin embargo, descubrimos que aquellos que hoy utilizan estos servicios no son los que más se beneficiarían de esto", dice Diana Moya, directora del ConsumerLab para Latinoamérica.
A esto se refiere a que, en base a los datos obtenidos, los mayores usuarios de estos avances son los jóvenes solteros que viven solos, y no las familias con niños pequeños, que "aprovecharían una manera más inteligente para manejar las tareas domésticas y un control de acceso a la casa remoto para familia y amigos".
El estudio del ConsumerLab incluyó cinco mil respuestas en Chile, Rusia, Suecia, España y EE.UU., además de entrevistas en profundidad en hogares de Barcelona y Madrid, en España, y San José, California, en EE.UU
