WASHINGTON.- Los ataques mortales en París han reavivado un debate sobre si los espías del Gobierno de Estados Unidos deben tener acceso fácil a los mensajes cifrados que circulan a través de Internet.
Las agencias de inteligencia del país han promovido durante mucho tiempo al uso de las llamadas "puertas traseras" que les permitirían acceder a correos electrónicos, aplicaciones de mensajería, llamadas telefónicas y otros tipos de comunicaciones.
Pero los defensores de la privacidad y las empresas de tecnología se oponen firmemente a este tipo de accesos y han frenado con éxito todos los esfuerzos legislativos para implementarlos.
Un funcionario de seguridad de Estados Unidos dijo que no hay evidencia hasta ahora que demuestre que los atacantes de París utilizaron un método particular para su comunicación, o si cualquier tecnología que utilizaron fue codificada de una manera particular. El grupo Estado Islámico reivindicó públicamente la responsabilidad por los asesinatos.
Aún así, varios legisladores y funcionarios de inteligencia de Estados Unidos aprovecharon los ataques para cabildear a favor del uso de las puertas traseras.
"Silicon Valley tiene que revisar sus productos ya que si se crea un producto que permite que monstruos malvados se comuniquen de esta manera, para decapitar niños, ataquen a inocentes (...) ese es un gran problema", dijo el lunes a la cadena MSNBC la senadora estadounidense Dianne Feinstein, la demócrata de más alto rango en el Comité de Inteligencia del Senado.
Michael Morell, ex subdirector de la Agencia Central de Inteligencia, dijo que las discusiones sobre encriptación han sido moldeadas en gran parte por el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) Edward Snowden y los defensores de la privacidad, pero que un nuevo capítulo sería "definido por lo que pasó en París".
Snowden filtró información secreta sobre las actividades de vigilancia de la NSA en el 2013 y ahora vive en Rusia, que le concedió asilo temporal.