GINEBRA.- Si no se recortan las emisiones contaminantes de ahora a 2100, la temperatura en Brasil puede aumentar 5,4 grados respecto a los niveles preindustriales, lo que implicará que 618.000 personas sufrirán graves inundaciones y que unos 168 millones estarán en riesgo de contraer la malaria.
Estas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado de forma conjunta entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), que han querido mostrar las consecuencias directas del calentamiento global para la salud.
Este ejercicio se realizó en 15 países, tres de ellos latinoamericanos: Brasil, Colombia y Perú. Con respecto a Brasil, el informe indica que si se sigue el ritmo de contaminación del planeta, las temperaturas en el país podrían aumentar hasta 5,4 grados centígrados hasta 2100.
En caso de que hubiera un drástico recorte, el aumento se limitaría a 1,3 grados centígrados. El aumento de 2ºC es el límite establecido por los científicos para evitar graves consecuencias para el planeta y sus habitantes.
En caso de que en la Cumbre del Clima de París los países no se pusieran de acuerdo y el aumento de los gases contaminantes continuase, el estudio estima que habría un incremento de las muertes de los mayores de 65 años a causa del calor.
Se calcula que en 2080 habría 72 muertes de ancianos brasileños por cada 100.000 habitantes, cuando la media entre 1961 y 1990 fue de un deceso por cada 100.000 ciudadanos. "En un escenario de altas emisiones, y sin una gran inversión en adaptación, la media anual de personas afectadas por inundaciones a causa del aumento del nivel del mar alcanzaría las 618.000 anualmente entre 2070 y 2100", alerta el texto.
El informe indica que se si reducen las emisiones, el número de personas afectadas por las inundaciones podría caer a 3.200 personas. Asimismo, el estudio estima que en un escenario de altas emisiones, en 2030 78.600 personas adicionales podrían estar en riesgo de ser afectadas por las crecidas de los ríos.
"Además de las muertes por ahogamiento, las inundaciones podrían tener impacto en la producción de comida, en la disponibilidad de agua, y en la aparición de brotes de enfermedades infecciosas", indica el estudio.
El texto deja claro que si no se recortan las emisiones, sólo las políticas de adaptación no serán suficientes dado que el aumento del nivel del mar es un proceso a largo plazo.
Asimismo, el estudio alerta que si la contaminación continúa, unos 168 millones de brasileños estarán expuestos a contraer la malaria, mientras que si se logra controlar las emisiones, la cifra se reduciría hacia los 126 millones. El virus de la malaria se transmite por un vector –los mosquitos– que crecen y se desarrollan en charcos de agua, que se multiplicarían a causa de las inundaciones.
El texto no da datos sobre el dengue, pero sí lo cita como otro riesgo para la salud, dado que es también una enfermedad que se transmite por la picadura de un mosquito.
Ante este escenario, las dos instituciones de las Naciones Unidas alaban el compromiso de Brasil de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2025 en un 37% respecto al nivel de 2005.
El estudio recuerda que Brasil no sólo es una de las mayores economías del mundo, sino que además tiene una de las mayores selvas tropicales del Planeta, por lo que lo que le ocurra al país afecta al resto de la Tierra.