SIDNEY.- La fiscalía neozelandesa, que representa a Estados Unidos, comenzó hoy a exponer su alegato final en el juicio para extraditar a EE.UU. al empresario alemán
Kim Dotcom y tres de sus socios por presunta piratería informática.
"Regreso a los tribunales hoy escuchando el último episodio de 'Alicia en el país de los derechos de autor'. Diez semanas de ficción estadounidense sobre los derechos de autor están llegando a su fin", publicó Dotcom en su cuenta Twitter.
La justicia estadounidense acusa a Dotcom, fundador del clausurado portal Megaupload, y a sus ex socios Mathias Ortmann, Finn Batato y Bram van der Kolk, de trece delitos vinculados a la piratería informática, crimen organizado y lavado de dinero.
En la jornada, el abogado de Ortmann y van der Kolk, Grant Illingworth, acusó a Estados Unidos de querer presentar una nueva evidencia contra sus clientes, reporta la cadena TVNZ de la televisión neozelandesa.
La fiscal Christine Gordon, que lidera la acusación contra Dotcom y sus socios, indicó al juez Nevin Dawson, a cargo del proceso, que estaba dispuesta a entregar la evidencia inmediatamente, pero Illingworth se negó al describir la situación como una especie de "emboscada".
El magistrado ordenó la presentación de la evidencia, pero no se ha pronunciado si será utilizada en la réplica de la fiscalía, que se extenderá previsiblemente hasta mediados de la semana.
Por su lado, Dotcom llegó tarde a la audiencia debido a que fue "detenido" por la Policía, según explicó Simon Cogan, uno de sus abogados. A través de Twitter, el alemán criticó las acciones del Departamento de Justicia de EE.UU., indicando que eligieron a un juez que es "ex abogado de Disney y que prohíbe que su hijo vea videos de YouTube" y que "sacaron de mi caso al único juez experto en derechos de autor en Nueva Zelanda porque hizo un chiste benigno sobre el gobierno de EE.UU.".
El proceso de extradición se había postergado diez veces desde que Dotcom y sus socios fueran detenidos en enero de 2012 en Nueva Zelanda en un operativo internacional orquestado por el FBI que supuso el cierre de Megaupload, la congelación de sus cuentas y la incautación de sus bienes.
Las autoridades estadounidenses creen que este portal de descargas, que llegó a tener 50 millones de usuarios, logró un beneficio de unos 175 millones de dólares por supuestamente alojar material ilegal.
Hasta ahora, de los siete miembros de Megaupload imputados por EE.UU. solo ha sido condenado el programador estonio Andrus Nomm, al que le fue impuesta una condena de poco más de un año de cárcel en ese país tras admitir su participación en la violación de los derechos de autor.