BREMERTON.- Las lanchas rápidas molestan más a las orcas que un buque o que un gran número de embarcaciones que transiten cerca de ellas, de acuerdo con un nuevo estudio sobre ruido submarino de la Universidad de Washington.
Diversos estudios han mostrado que las orcas residentes del sur del Estrello de Puget se ven afectadas por el ruido submarino que generan los barcos, transbordadores y pequeñas embarcaciones. Las ballenas gastan más tiempo y energía en su intento por comunicarse entre ellas sobre el ruido, y tienden a cazar menos, nadar a más profundidad y desplazarse una mayor distancia cuando los niveles de ruido son altos.
"En estudios previos se examinó cómo afectaban a las ballenas el número y la distancia de las embarcaciones", dijo Juliana Houghton, investigadora de ciencias acuáticas de Washington y principal autora del estudio. "Esta es la primera vez que se muestra que la velocidad también es importante y que sería útil que todos disminuyan la velocidad de sus embarcaciones".
El estudio se efectuó conjuntamente con la Administración Nacional de los Océanos y la Atmosfera (NOAA por sus siglas en inglés), de acuerdo con el periódico Kitsap Sun.
El estudio es el primero que examina la cantidad de ruido de las embarcaciones individuales que afecta a las ballenas en la región de Salish Sea, que incluye el estrecho y las aguas entre la isla de Vancouver y el territorio continental de Columbia Británica.
Una pequeña lancha motorizada desplazándose a gran velocidad puede perturbar más a las orcas que una embarcación grande que navega lentamente o un grupo de barcos que transita también lentamente.
La NOAA considera el tránsito de embarcaciones una de las tres principales amenazas para la recuperación de las poblaciones de ballenas. Los otros peligros son la disminución de las fuentes de alimento y la contaminación marina.
La población de ballenas residentes del sur ha bajado alrededor de 20% desde 1990. Este año, sus números apenas superaban las 80, pero la de las residentes del sur no alcanzan el crecimiento anual del 1% especificado en los objetivos estatales de recuperación de las orcas.
Los investigadores utilizaron simultáneamente sistemas de posicionamiento láser para medir la distancia entre las embarcaciones y las ballenas y para medir la velocidad y el tamaño.
El estudio no valoró el impacto de los grandes buques o transbordadores. La embarcación más grande estudiada fue un bote para observación de ballenas con capacidad para 100 pasajeros.
Las normas federales obligan a las embarcaciones a que permanezcan por lo menos a 180 metros de los animales y a 360 metros de su trayectoria. No hay límite de velocidad, pero la NOAA recomienda que las embarcaciones bajen su velocidad a menos de siete nudos cuando se encuentren a menos de 360 metros de la ballena más próxima.
La velocidad no ha sido regulada debido a la dificultad para controlarla y porque hasta la fecha no se había demostrado que fuera un factor de importancia. La NOAA tiene previsto revisar la eficacia de las normativas sobre las embarcaciones el próximo año.