La alimentación balanceada podría ser un factor que incida en la calidad de vida de los afectados.
AP
WASHINGTON.- Un estudio publicado por el Journal of the American Medical Association Neurology, señaló que quienes experimentan una pérdida de peso en los episodios tempranos del Parkinson, pueden desarrollar una forma más grave de la enfermedad, mientras que aquellos que ganan peso presentan una progresión más ligera.
"Los pacientes que experimentaron temprana pérdida de peso resultaron tener formas más severas y sistemáticas de la enfermedad, posiblemente debido a la implicación del sistema neuroendocrino o el sistema gastrointestinal nervioso, mientras aquellos que ganaron peso tuvieron una versión más leve de la enfermedad", explicó Anne-Marie Wills, líder del estudió.
Otras enfermedades degenerativas relacionadas a la pérdida de índice de masa corporal son la esclerosis lateral amiotrófica (ALS) o la enfermedad de Huntington.
El descubrimiento se produjo luego de un ensayo clínico donde los pacientes se sometieron a un tratamiento basado en queratina, que no resultó ser efectivo, pero que arrojó evidencias inesperadas sobre la relación de la masa corporal con el avance de la enfermedad.
Los pacientes que perdieron peso mostraron un agravamiento de los síntomas tanto del sistema motor y, frente a esto, aquellos que ganaron peso mostraron una ralentización del avance del Parkinson.
En síntesis, el estudio sugiere que aquellos que tienen diagnosticado Parkinson deben cuidar su alimentación para mantener o incrementar levemente su masa corporal y así ralentizar los efectos de la enfermedad.
"Recomendamos atención a los cambios de peso en los pacientes desde las etapas más tempranas de la enfermedad", advirtió la doctora Wills.