LANCASTER.- Se espera que este año se vendan cerca de 19 millones de unidades de monitores de actividad física, dispositivos como relojes inteligentes y pulseras deportivas que recopilan datos del rendimiento del usuario para procesarlos y mostrarlos en aplicaciones móviles. Pero un estudio realizado en Inglaterra cuestiona su efectividad, indicando que no hay evidencia de que mejoren la salud.
El trabajo, realizado por las universidades de Lancashire, West of England y Nottingham Trent, indica que "estos dispositivos son presentados bajo la premisa de que mejorarán la salud general y estado físico de los usuarios, pero la mayoría de los fabricantes no entregan evidencia empírica que respalde la efectividad de sus productos".
Según la investigación, alrededor de un tercio de los usuarios que compran estos productos dejan de usarlos después de seis meses y la mitad los abandona tras un año. Comprarlos también genera un aumento inicial en la actividad física y una disminución de la presión sanguínea, pero sin cambios a largo plazo. "Hay poca evidencia científica de cómo mejoran la salud", indican los expertos.
Otro punto que cuestionan es la confiabilidad de los datos que recopilan. "Comparaciones recientes entre varios dispositivos de monitoreo de actividad física mostraron grandes variaciones en exactitud, con márgenes de error de hasta 25%", detallaron.
También advirtieron que los datos personales generados por el dispositivos son almacenados por el fabricante, y no por el usuario, y que en varios casos son vendidos a terceros. Por esto, y también para explotar un potencial uso en el ámbito de la salud, recomiendan la estandarización y validación de estos productos.