TOKIO.- El fondo público-privado japonés Innovation Network Corporation of Japan (INCJ) invertirá 30 millones de dólares en Astroscale, empresa japonesa que quiere lanzar en 2018 un prototipo de satélite pensado para desechar basura espacial.
Según un comunicado difundido hoy por INCJ, que cuenta con la participación de una veintena de grandes empresas como Sony, Toyota o Canon, considera que los millones de desechos que orbitan en torno a la Tierra se han "convertido en una amenaza a la hora de hacer uso del espacio".
Astroscale fue fundada en 2013 por un exfuncionario del Ministerio de Finanzas nipón, Mitsunobu Okada, con el convencimiento de que solucionar el problema es cada vez más acuciante debido a que un número creciente de países y entidades lanzan dispositivos para orbitar el planeta.
El sistema que está desarrollando Astroscale consiste en un satélite "madre" que contiene 6 satélites de menor tamaño llamados "niños".
Mediante una sofisticada tecnología de rastreo los "niños" serían capaces de localizar grandes piezas de residuos (de hasta 100 kilos) y adherirse a las mismas mediante un potente compuesto adhesivo de silicio.
Los poderosos motores del pequeño satélite lograrían desacelerar los fragmentos, que dejarían de orbitar y arderían hasta consumirse junto a los "niños" al entrar en la atmósfera terrestre.
Astroscale, que ha logrado ya otros 5 millones de dólares (4,6 millones de euros) de otro fondo, pretende lanzar el primer prototipo de satélite "madre" en 2018.
Actualmente se cree que unos 150 millones de piezas de basura espacial -desde satélites enteros o fragmentos metálicos o de pintura de más de 1 milímetro de diámetro- giran a enorme velocidad alrededor de la tierra, principalmente en la órbita baja terrestre, a entre 700 y 1.000 kilómetros de altura.
Esta basura supone un serio peligro, ya que el impacto de uno de estos trozos, aunque sea muy pequeño, puede dañar gravemente un satélite operativo y generar más colisiones en cadena que podrían dejar sin funcionamiento redes enteras de telefonía móvil, televisión o de servicios de predicción meteorológica.
Pese a la preocupación del tema, ninguno de los principales organismos espaciales del mundo ha dado todavía con una solución para este creciente problema.