WASHINGTON.- Un aire más caliente, un agua menos fría y la gravedad se podrían combinar para hacer que partes de la capa de hielo occidental de la Antártica se derrita más rápido de lo que los científicos pensaban, haciendo que el aumento del nivel del mar sea mayor al esperado a fines de este siglo, de acuerdo a un nuevo estudio.
Nuevas simulaciones computacionales basadas en física pronostican aumentos dramáticos en el derretimiento del vulnerable borde oeste del continente. En el peor de los casos, podría elevar los niveles del mar en 2100 entre 46 y 86 centímetros, más que lo pronosticado por un panel internacional de expertos en clima hace tres años.
Otro dato preocupante es que, incluso si los países logran controlar los gases que atrapan el calor a los niveles moderados acordados en París el año pasado, el nivel del mar aún sería entre 8 y 31 centímetros mayor al pronóstico, de acuerdo a un estudio publicado hoy en la revista Nature.
Para el año 2500, en el peor escenario, las simulaciones predicen océanos 13 metros más altos, solamente por el derretimiento antártico.
"Estamos mapeando nuevamente cómo se ve el planeta desde el espacio con estos números. No es sólo ver qué barrios van a ser más susceptibles a aumentos de agua por tormentas", dijo Robert DeConto, autor principal del estudio y científico del clima de la Universidad de Massachusetts.
Esto es porque la Antártica es una de las mayores incógnitas cuando los científicos tratan de evaluar los efectos del cambio climático provocado por el hombre durante las próximas décadas. Los científicos quedaron sorprendidos cuando la porción occidental del continente empezó a mostrar signos de una rápida pérdida de hielo durante la última década.
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU no pronostica un aumento importante de los océanos por la Antártica: sólo 18 centímetros a 2100, de acuerdo a su último reporte. Para este siglo, el panel vio que el nivel del agua aumentaría por otros factores clave, como el calor, el derretimiento de glaciares y la pérdida de hielo en Groenlandia.
En vez de 19 centímetros, las simulaciones de DeConto pronostican que el aumento sólo por el hielo de la Antártica será de entre 64 y 105 centímetros en el peor escenario, y de entre 26 y 49 centímetros si las emisiones de gases invernadero llegan a un nivel moderado de control. Si el mundo recorta estos gases de forma dramática, la Antártica dejaría de contribuir al crecimiento del mar, dice el estudio.
Pero esas cifras son solo promedios mundiales. En lugares como la costa este de EE.UU., el aumento podría ser de hasta un 25% más por las condiciones geológicas, indicó DeConto. "Norteamérica tiene mucho que tener de la pérdida de hielo en la Antártica, que es donde parte todo", dice.
Mientras otros estudios han revisado los efectos del calentamiento del agua debajo de la capa de hielo y el hielo que la derrite por arriba, DeConto suma el efecto de agua que se acumula y grandes acantilados de hielo. Estos últimos, que pueden tener alturas de cientos de varios metros, pueden colapsar por el peso del hielo, acelerando el retiro de la capa de hielo.
Ted Scambos, de la Universidad de Colorado y quien no formó parte del estudio, dijo que es plausible y que usó "algunos factores simples y poco apreciados para evaluar el retiro del hielo". Mientras, Chris Field, científico del clima del Carnegie Institute, dijo que el estudio muestra la diferencia que puede marcar el mundo al controlar sus emisiones de gases invernadero. Es la diferencia entre un aumento del agua que puede ser manejado y condiciones que pueden ser "peligrosamente arriesgadas", afirmó.