LOGROÑO.- La Agencia Espacial Europea (ESA) está estudiando dos puntos de posible aterrizaje de la sonda Rosetta en el comenta 67/P Churyumov-Gerasimenko, con el objetivo de que permanezca en esa ubicación "para siempre" o, por lo menos, los 20.000 años que puede durar.
Así lo explicó este viernes a Efe el coordinador de Operaciones Científicas de la misión Rosetta, de la ESA, Laurence O'Rourke, quien pronunciará en Logroño, localidad al norte de España, una conferencia sobre este proyecto europeo.
Rosetta es el nombre de la misión iniciada hace más de una década, dentro de la que se logró que a finales de 2014 el módulo Philae se posara en el cometa, en el que permanece desde entonces, aunque no da señales de vida des el pasado mes de julio.
Inicialmente no se tenía la previsión de que la sonda aterrizara en el cometa, pero ya se ha tomado la decisión de que se haga en septiembre y se trabaja para ello, detalló el coordinador científico del proyecto.
El aterrizaje de Rosetta en el cometa "va a ser más complicado" que el del módulo y para ello "ya hace tiempo que hay un equipo haciendo cálculos" con el fin de lograr que la sonda no sufra daños.
Ahora mismo "hay dos puntos concretos sobre los que se trabaja" y se busca el más idóneo de ambos para hacerlo, indicó O'Rourke, quien dijo que, en la actualidad, la sonda se encuentra a ocho kilómetros del cometa.
La previsión es que en agosto entre en una órbita elíptica alrededor del cometa, con lo que en un extremo de la misma se encontrará a cuatro kilómetros de distancia y en el otro, a 16.
Irán reduciendo esa órbita en su punto más cercano, hasta que llegue, a mediados o finales de septiembre, a un kilómetro y, "entonces, se frenará y bajará en caída", explicó.
Si todo sale como está previsto, Rosetta se apagará en un plazo más o menos corto, en función de la energía que le reste, "aunque seguirá en su cometa siempre o, por lo menos, los 20.000 años que puede durar y luego ambos serán polvo de estrellas", afirmó el científico británico.
Más allá del aterrizaje de la sonda, la parte principal de la misión ya se ha desarrollado, desde la llegada en 2014 de Philae al cometa.
"Ha sido una misión impresionante y única, en la que han trabajado miles de personas y en la que se han obtenido datos sobre los que se trabajarán muchos años", subrayó, ya que "todavía hoy se analizan datos de una misión en la que se sobrevoló un cometa en 1986".
Los datos obtenidos "con tecnología de hace quince años" servirán para profundizar en cómo los cometas "ayudaron a que en la Tierra hubiese vida", indicó.