ADELAIDE.- Dos investigadores de Adelaide, en Australia, propusieron una serie de normas para regular el uso de los drones en la observación de animales, un método utilizado con cada vez más frecuencia en ese ámbito pero cuyos efectos se desconocen.
Poco se sabe hasta ahora sobre si esos objetos voladores molestan a pájaros, elefantes o focas. Por eso, Jarrod Hodgson y Lian Pin Koh, de la Universidad de Adelaide, proponen una serie de normas que presentan en el medio especializado "Current Biology".
El uso de drones se ha extendido mucho en la investigación, porque ofrecen muchas ventajas: sustituyen, por ejemplo, a helicópteros o aviones a la hora de contar colonias de pájaros o poblaciones de otros animales.
Además, el costo se reduce considerablemente. "Los drones pueden recopilar datos de forma sistemática con una mayor efectividad espacial y temporal", escriben Hodgson y Koh. Y además, por norma general, tienen un impacto más reducido en la naturaleza que una observación directa por parte del hombre.
Sin embargo, pueden causar estrés, aunque no lo dejen ver, señalan los investigadores en un comunicado de su universidad. "Por ejemplo, un pájaro puede decidir quedarse cerca de un dron aunque esté cercado para incubar un huevo o protege a su cría".
El investigador destaca que las normas propuestas no están dirigidas contra el uso de los drones. "Según nuestra experiencia, la mayoría de los usuarios de drones, tanto biólogos como guías aficionados, no molestan a los animales y hacen caso del consejo de los expertos". Sin embargo, quienes guían los drones no siempre son conscientes de que pueden estar molestando a los animales.
Hodgson y Koh piden precaución y también la aplicación de preceptos éticos como los que rigen para los animales de laboratorio. Por cada labor de investigación debe utilizarse un dron apropiado concreto, señalan.
Exigen también respeto a las normativas legales, así como la inspección regular de los aparatos y un entrenamiento continuo de los usuarios.
En el caso de molestias reconocibles a los animales salvajes debe interrumpirse el uso de drones, recomiendan. Y al final exigen que los científicos documenten en sus artículos los vuelos de los drones tan detalladamente como sea posible.
Los biólogos australianos piden también una investigación más profunda sobre el tipo de artefactos que pueden molestar a determinados animales.
Hace un año un estudio francés llegó a la conclusión de que los ánades reales, los flamencos y los archibebes claros permanecían tranquilos cuando un dron se acerca a hasta cuatro metros. Pero cuando volaba directamente sobre sus cabezas movían la cabeza o el plumaje o huían.