PARÍS.- Postulados por primera vez hace 230 años, los agujeros negros han sido intensamente buscados desde entonces, a menudo descritos y hasta representados en el cine.
En la búsqueda de respuestas sobre estos fenómenos, los astrónomos crearon un gigantesco telescopio llamado "Gravity" en el norte de Chile y lo enfocaron hacia un punto situado a 24.000 años luz, donde se piensa se encuentra un agujero negro súper masivo en el centro de la Vía Láctea.
El enorme ojo escruta minúsculas pero significativas desviaciones en los movimientos de gases y estrellas en torno a estos monstruosos agujeros.
"El objetivo de Gravity en última instancia es demostrar la existencia de un agujero negro en el centro de nuestra galaxia", explicó a AFP Guy Perrin, astrónomo francés que forma parte del proyecto. No hallar ninguno, o detectar uno de tamaño diferente a lo esperado, podría incluso ser un acontecimiento aún más importante, detallan los expertos.
El objeto del estudio, denominado Sagitario A, posee una masa cuatro millones de veces más grande que nuestro Sol, concentrada en un espacio más pequeño que el que ocupa el Sistema Solar.
Para observarlo de cerca, los astrónomos combinaron el poder de los cuatro mayores telescopios europeos instalados en el Desierto de Atacama para crear el instrumento más poderoso jamás construido.
Mayor precisión en las imágenes
Las imágenes que se logren captará serán "unas 10 a 20 veces más nítidas que las que obteníamos antes", explicó el director del proyecto Frank Eisenhauer, del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre.
Con un diámetro combinado de 130 metros, el dispositivo permitirá a los astrónomos observar más detalles, más cerca del agujero negro.
"Queremos explorar la física de la gravedad en un entorno extremo", comentó Eisenhauer desde Atacama, donde el telescopio está terminando de instalarse antes de iniciar las observaciones a gran escala, probablemente el año próximo. Los agujeros negros son regiones en el tejido del espacio-tiempo donde la masa colapsa en un área tan pequeña que nada resiste a su poder de atracción gravitacional.
A pesar de ser millones desparramados por la Vía Láctea, los agujeros negros no pueden ser vistos, justamente porque absorben la luz, junto con todo el resto.
Gracias a Gravity, Eisenhauer y su equipo esperan poder observar el comportamiento de estrellas y gases cerca de ese horizonte, allí donde los efectos de la gravedad son más importantes.