PARÍS.- La sonda Rosetta completará su viaje el próximo 30 de septiembre con un descenso controlado sobre la superficie de su cometa, el 67P, anunció este jueves la Agencia Espacial Europea (ESA) a cargo de la misión.
Este final, según el comunicado de la ESA, se debe a que a medida que se acerca a la órbita de Júpiter, la energía solar que alimenta la sonda y sus instrumentos es cada vez menor, al igual que el ancho de banda utilizado para la transmisión de datos científicos.
La ESA recalcó que si a eso se le suma el envejecimiento de la nave y de la carga útil, "que han soportado un entorno muy adverso durante más de 12 años", dos de ellos cerca de un cometa con gran cantidad de polvo, resulta "lógico" que esté llegando a su final.
La agencia recordó que en 2011 entró en un periodo de hibernación de 31 meses durante el tramo más distante de su trayecto, pero destacó que esta vez carece de energía como para garantizar que sus calentadores sean capaces de lograr una temperatura suficiente para su supervivencia.
En vez de arriesgarse a una hibernación mucho más prolongada, de la que sería poco probable que saliese, el equipo científico decidió que ha llegado el momento de que siga al módulo Philae en su camino hacia el cometa.
La comunicación terminará al posarse sobre su superficie, pero en las últimas horas del descenso, según la ESA, le permitirán "realizar numerosas mediciones únicas, incluyendo imágenes de altísima resolución que incrementarán el retorno científico de la misión con datos de gran valor".
El cambio de su trayectoria comenzará en agosto, y los científicos, que aún no han decidido la zona en la que impactará, reconocen que esta fase final es compleja y arriesgada. El responsable de la misión, Patrick Martin, admite que puede haber imprevistos.
"Aunque estamos haciendo todo lo posible por garantizar la seguridad de Rosetta hasta ese momento, estos casi dos años de experiencia con el cometa nos han demostrado que las cosas no tienen por qué salir según lo planeado", indicó en el comunicado.
La misión Rosetta, la primera diseñada para orbitar y aterrizar sobre un cometa, se inició hace más de una década para estudiar por primera vez sobre el terreno esos astros considerados como cápsulas del tiempo de los orígenes del sistema solar.