MASSACHUSETTS.- Cuando un submarino de la Marina emprende un viaje de meses, la lechuga, los tomates y otras frutas y verduras frescas se acaban en una semana o dos, forzando a la tripulación a depender de productos enlatados, congelados o deshidratados.
Es por esto que un grupo de científicos estadounidenses comenzó a preguntarse si es posible mantener huertos dentro de los submarinos para cultivar comida natural con la ayuda de lámparas.
Ante esta inquietud, el ejército estadounidense está probando la idea con cultivos hidropónicos -que utilizan soluciones de nutrientes en lugar de tierra- dentro de un contenedor de mercancías de 12 metros, en tierra firme en un laboratorio a las afueras de Boston, Massachusetts.
El técnico de ingeniería Don Holman, que creció en una granja de Michigan antes de servir 30 años en la Marina, dirige el proyecto de 100.000 dólares en el Centro de Soldados de Natick de Investigación, Desarrollo e Ingeniería.
"Cuando le das a alguien algo que quiere, mejora su moral. Y trabajan mejor cuando la moral está alta", explicó Holman, que presentará un informe técnico en septiembre para que la Marina pueda decidir si intenta introducir la jardinería bajo el agua y destacó que actualmente los marinos están pidiendo productos más frescos en su alimentación.
La actual es la segunda fase de pruebas. Holman intentó primero cultivar 83 variedades de frutas y verduras para ver cuáles rendían más. Las hojas verdes de ensalada y las cebollas verdes (o cebollines) prosperaron. De igual manera, los tubérculos tuvieron resultados bastante buenos. En tanto, las frutillas y el ruibarbo crecieron, pero probablemente no se podría producir suficiente como para que valiera la pena, señaló Holman.
Los pepinos, por otro lado, fueron un desastre. Las ramas se aferraban a todo. Y las grandes hojas de las plantas del zapallo italiano o zucchini, bloqueaban las luces. Los tomates crecieron, pero no produjeron frutas porque la luz no era lo bastante brillante y la temperatura era demasiado baja.
Holman replantó las variedades que tuvieron buenos resultados y en su experimento actual se ocupa de esos brotes para ver cuánto producen y determinar cuál sería el aporte dentro de un submarino.
En la "granja", como la llama Holman, sin tierra ni insectos, las plantas crecen en semilleros y se trasplantarán esta semana a más de 250 torres suspendidas de guías en el techo, para crecer en un material hecho de plástico reciclado.
El capitán retirado Ronald Steed, que fue segundo de a bordo en un submarino, señaló que será un desafío encajar un huerto en un submarino, donde el espacio es muy escaso, pero destacó que "si pueden hacerlo, sería fantástico".