Sin embargo, este hallazgo impacta directamente en la pregunta que muchos astrónomos han dedicado investigaciones: ¿Qué tan especial es la Tierra? Son muchos los factores que influyen en la creación de planetas, y mucho más en uno tan particular como el que habita la raza humana. Es por esto que Lucas Cieza, autor principal del proyecto y director del Núcleo de Astronomía de la Universidad Diego Portales conversó con Emol para detallar esta situación.
En su investigación, los astrónomos detallaron que esta "línea de nieve", un límite de temperatura existente en los discos protoplanetarios durante la formación de planetas no se mantiene estática -como se creía hasta ahora- sino que es capaz de acercarse y alejarse de la estrella que causa las variaciones.
La línea que observaron pertenece a la estrella V883 Orionis, la cual se encuentra cruzando un periodo de alto brillo, por lo que alejó más de lo normal la frontera, lo que la hizo visible para los científicos a través de las imágenes obtenidas por el observatorio ALMA, ubicado en el Desierto de Atacama, en Chile.
"En este caso, esta línea está -comparando con nuestro Sistema Solar- en la órbita de Plutón", destaca Cieza sobre la posición en que se encuentra esta frontera en las imágenes capturadas. Este límite establece los "tipos" de planetas que se pueden formar, ya que marca una frontera en la temperatura que se genera debido a la combustión de la estrella.
Esto porque en la zona en que la temperatura es más elevada, entre la estrella en combustión y la línea de nieve, las estructuras que se generan son planetas más pequeños y rocosos, similares a la Tierra, Marte y Mercurio. Por el otro lado, al cruzar esta frontera, con una temperatura considerablemente más baja, los planetas adquieren características similares a las que se pueden observar en Júpiter: grandes planetas gaseosos con atmósferas que no permiten la vida como se conoce actualmente.
"Esta estrella actualmente brilla mucho porque hay mucho material cayendo en ella, la estrella en cierta forma está formándose, eventualmente esta estrella va a ser más masiva", detalla el astrónomo y director (s) del Núcleo Milenio "Discos Protoplanetarios en ALMA Early Science" (MAD) y añade que "entonces si baja el brillo de la estrella", la línea de nieve volverá a replegarse un poco. Sin embargo, puntualiza que "este es un fenómeno que vimos y ahora hay que estudiarlo en detalle".
La comparación con el Sistema Solar
"Se pensaba que esta línea era estática, y si uno lo piensa y lo ve en nuestro Sistema Solar, dice: 'Bueno, Marte es tan pequeño, más pequeño que la Tierra, y está al lado de Júpiter, y Júpiter es el planeta más grande del Sistema Solar, entonces hay una línea muy marcada en medio', entonces eso nos daba a pensar que tal vez en el Sistema Solar la línea sí era muy marcada y no se movió tanto", explica Cieza.
No obstante, tras la observación de la línea fue posible determinar su movimiento. "Ahora hay que determinar cuándo y cómo es importante este aspecto y conocer cómo ocurrió este proceso con nuestro Sistema Solar, cómo y dónde estaba la línea de nieve cuando se formó la Tierra y si estuvo constantemente en un lugar o se movió", dice el científico.
Existen aspectos, como explica Cieza, que son fundamentales como la llegada de asteroides o cometas que sean capaces de dejar agua en las formaciones rocosas, como ocurrió con la Tierra.
"El agua, por mucho tiempo, se pensó que venía de los cometas, porque estos tienen agua, pero recientemente se descubrió que el agua de los cometas no es la misma que el agua de los océanos. Entonces el agua no vino de tan lejos. Y uno pensaba que si venía de los cometas -que están más lejos- uno podría pensar que no importa dónde está la línea de hielo porque igual van a venir y llegar, pero si no es así, entonces sí importa la posición de esta línea", señala el científico.
La particularidad de la Tierra
"Uno podría pensar que si esta línea de hielo se mantiene lejos por mucho tiempo, habría una región más grande donde no posibilita la formación de planetas gigantes (como Júpiter) sí un planeta rocoso", similar a la Tierra, comenta el científico.
"Está el punto de que si esta línea está muy lejos el agua tal vez no va a llegar. Porque un planeta rocoso que sea absolutamente seco y no tenga agua no tiene posibilidad de expresar la vida como la conocemos, entonces lo que uno necesita es un equilibrio bastante interesante porque por un lado el planeta rocoso se forma donde no hay hielo, pero por otro lado necesita agua para ser habitable, y esa agua tiene que llegar de algún lado", explica Cieza respecto a la particularidad de destaca a la Tierra.
Es por esto, que científicos en todo el mundo buscan estas características en el espacio, para encontrar una formación que cuente con especificaciones similar al planeta que habita la raza humana y permita un mejor desarrollo de la vida. "Ahí nos preguntamos: ¿Cuán común es la Tierra? ¿Cuántos de los planetas conocidos están en una zona habitable y efectivamente tienen agua?".
Según explica el astrónomo de la Universidad Diego Portales, "hay un punto interesante intermedio en que se permite estas dos condiciones, la formación de un planeta rocoso, porque un planeta gigante es imposible que albergue la vida -al como la conocemos, porque no cuenta con superficie-, y que tenga con agua para permitir la vida".