BARCELONA.- Investigadores del Instituto Catalán de Paleontología (ICP) documentaron en una cantera del Vale de Meio, en Portugal, más de 80 rastros y 700 huellas de dinosaurios carnívoros del grupo de los megalosáuridos que aprovechaban la marea baja para alimentarse de los peces en las aguas de una laguna interior.
Según detalló la investigadora líder del ICP, Novella Razzolini, en la publicación en la revista científica Scientific Reports, la concentración de más de 700 huellas de estos cazadores solitarios supone "un excepcional hallazgo".
Razzolini señaló que el Jurásico medio -la época que va desde hace 174 a 163 millones de años- es llamada "la era oscura" de los dinosaurios ya que el registro fósil ha proporcionado pocas evidencias de huesos y huellas de esta etapa sobre los dinosaurios carnívoros (terópodos), que estuvo dominada por los megalosáuridos, animales de gran tamaño que se desplazaban de forma bípeda.
En Europa, los restos óseos más abundantes de este grupo se han encontrado en Francia, Inglaterra y Escocia, mientras que Portugal destaca por el registro de icnitas (huellas fosilizadas) de este grupo de animales.
"Los megalosáuridos aprovechaban esta circunstancia (de marea baja) para alimentarse de los vertebrados e invertebrados que quedaban atrapados en las aguas y el tránsito hacia la laguna de estos animales quedó registrado en el sedimento", destacó Razzolini.
Los rastros analizados suponen uno de los registros más importantes de huellas de dinosaurios carnívoros del mundo ya que se trata de más de 700 impresiones que se distribuyen en unos 80 rastros que oscilan entre los 30 y 40 metros de longitud.
Según la paleontóloga, las huellas de Portugal son las más grandes de la Península Ibérica y podrían corresponder a un pequeño número de individuos que, de forma recurrente, aprovechaba la marea baja para alimentarse y no implican un comportamiento gregario.
"Como los espinosáuridos, un grupo estrechamente emparentado con ellos, los megalosáuridos habrían sido carnívoros oportunistas, alimentándose tanto de vertebrados terrestres como de peces", concluyó Razzolini.
En la investigación también participaron expertos de la Universidad Autónoma de Barcelona, del museo de la Conca Della, la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich y el Museo Nacional de Historia de la Ciencia de Lisboa.