SAN FRANCISCO.- Después de meses de rumores, Apple finalmente presentó la novena generación del iPhone, los iPhone 7 y 7 Plus, con la presión de impulsar el crecimiento del teléfono tras un 2016 marcado por descenso en sus ventas.
¿Bastará con los cambios hechos? Pudimos probar los equipos brevemente tras la presentación en San Francisco, entre decenas de periodistas y analistas que intentaban hacer una primera evaluación, y la sensación que queda es la de un teléfono que si bien físicamente parece muy similar a la versión anterior, sí trae modificaciones que pueden marcar un nuevo camino.
No hay que engañarse: el iPhone 7 es físicamente casi igual a los anteriores 6 y 6s. La principal novedad es la inclusión de dos modelos negros; siendo uno de ellos –el brillante "Jet Black" – el principal protagonista de las campañas publicitarias para esta nueva edición. Pero lo cierto es que ese color sólo estará disponible en variantes de 128 y 256GB, mientras que el resto seguirá con el mismo diseño de aluminio en plateado, dorado, "rosé gold" (rosado) y ahora un gris más oscuro.
Pero si bien el diseño tiene tres años, hay varias cosas que cambian. Primero, el teléfono ahora es resistente al polvo y al agua, alcanzando un estándar que se estaba volviendo bastante común en la gama alta. Segundo, se hacen mejoras importantes en la cámara que apuntan a capturar colores de mejor manera y a tomar mejores fotos, particularmente en situaciones de poca luz.
Con esto, Apple busca enfrentarse a los buenos resultados que han logrado los últimos teléfonos de compañías como Samsung y HTC, que a la vista de muchos han dejado atrás al iPhone. Es difícil comprobar en una zona de demostraciones controlada y muy iluminada si las promesas del iPhone 7 son reales, pero al menos unos primeros resultados particularmente con el 7 Plus y su nuevo zoom óptico gracias a la inclusión de un lente telefoto) son esperanzadores.
Otras modificaciones de la nueva generación apuntan a armar un camino para el futuro, particularmente la eliminación del puerto de audífonos y el nuevo botón de inicio.
El primer cambio va a molestar a muchos, y es entendible: millones de personas han invertido mucho dinero en accesorios que se basan en ese conector, desde audífonos "Premium" hasta avanzados parlantes. Y si bien Apple incluyó en la caja unos audífonos que se conectan por el puerto Lightning, da la impresión que la verdadera apuesta está por la reproducción inalámbrica de audio.
Esto se ve en los "AirPods", audífonos Bluetooth que serán lanzados y que costarán US$150. Y si bien ahora son caros, no es extraño pensar un futuro donde vengan por defecto con el teléfono y que logran una autonomía de batería mayor a las 5 horas que tiene esta primera versión.
El otro cambio clave es el nuevo botón de inicio que ahora técnicamente no es un botón: no hay una pieza física que se mueva al presionarlo. Es una superficie táctil que entrega una respuesta a través de un motor de vibración. El cambio es extraño, va a costar acostumbrarse, pero abre el camino a uno de los rumores que ya circulan sobre el próximo iPhone: una pantalla que ocupe todo el cristal frontal, eliminando la zona demarcada hoy para el botón de inicio.
A primera vista, el rendimiento del iPhone 7 no muestra problemas. Las aplicaciones se abren rápidamente, la cámara funciona sin demoras. Queda pendiente el rendimiento de juegos y una prueba de uso en un contexto “real”, pero al menos los resultados ahora son positivos.
Más allá de esto, queda ver qué respuesta le da el público a los nuevos modelos, para ver si logran posicionar revertir los malos meses que ha tenido el teléfono y, por consecuencia, Apple.