NUEVA YORK.- Un reporte que examina las múltiples maneras en que el cambio climático amenaza al café y los granjeros del café ha generado alarma en la población, que ahora se imagina cómo sería pasar un día sin su dosis de cafeína.
El reporte, publicado este mes por el Climate Institute, una organización sin fines de lucro en Australia, fue encargado por Fairtrade Australia y Nueva Zelandia, el centro regional del sistema global Fairtrade.
Aunque contiene poca investigación nueva, ha generado impacto al crear una matriz de literatura disponible que indica que el cambio climático tendrá un efecto negativo en el suministro de café del mundo.
El reporte enfatiza la amenaza que representan las temperaturas más cálidas para las tierra de cultivo, citando un estudio de la edición de marzo de 2015 de la revista Climatic Change que encontró que el cambio climático "reducirá el área global disponible para café en cerca de un 50% a través de todos los escenarios de emisiones".
Además de la desaparición de la tierra en donde crece el café, el reporte destaca cómo la temperatura más cálida está exacerbando el riesgo de enfermedades como la oxidación del café y pestes como la broca del café, un tipo de escarabajo que, según un informe de 2011, causa pérdidas anuales de cientos de millones de dólares en granos de café.
"El calor extra está permitiendo que estas líneas de ataque se vuelvan más fuertes", dijo John Connor, presidente ejecutivo del Climate Institute.
Las plantas de café prosperan en ambientes estables donde una combinación precisa de temperatura y precipitación permite que los granos se desarrollen, manteniendo su perfil de sabor.
El informe muestra que países que alguna vez ofrecieron la mezcla correcta de factores climáticos en el "cinturón de granos", incluyendo a Colombia, México, Brasil, Etiopía y Vietnam, se han vuelto menos hospitalarios por cambios en los patrones del clima que, según los científicos, pueden ser atribuidos al cambio climático.
Los hallazgos del trabajo, aunque nuevos para muchas personas, son familiares para las grandes compañías de café, que han estado buscando formas para combatir el efecto del cambio climático en sus productos durante varios años.
"Es una amenaza severa", aseguró Doug Welsh, vicepresidente de café de la cadena Peet's Coffee y miembro del directorio de World Coffee Research, un grupo internacional financiado por compañías cafeteras que buscan proteger su cultivo de dinero. "Es anecdótico pero no conozco ningún agricultor de café que no crea que el clima, y con él los problemas de enfermedad y productividad, han cambiado dramáticamente durante la última década", declaró.
Una portavoz de Starbucks, Haley P. Drage, dijo que la compañía ha estado ofreciendo programas de apoyo a los agricultores durante años, para ayudar a asegurar la longevidad de sus granjas.
"Esto se vuelve aún más importante cuando los agricultores enfrentan condiciones climáticas fluctuantes que son el resultado de un clima más tibio", explicó. "Creemos que con la vigilancia correcta, además de una metodología a largo plazo, podemos ayudar a los granjeros a manejar las variables que vienen con estas nuevas dinámicas".
Pero Doug Welsh, celebrando los beneficios del grupo World Coffee Research, indicó que "no hay compañía de café en la faz de la Tierra que es suficientemente grande como para enfrentar el desafío del cambio climático por sí sola".
Las estrategias que la organización está desarrollando reconocen la gravedad de la amenaza del cambio climático, y muchas son adaptativas en vez de preventivas, tomando como un hecho el que las temperaturas seguirán aumentando.
Por ejemplo, un proyecto apunta a crear un banco de genes para preservar la diversidad genética del café Arabica. Otra estrategia es la creación de un catálogo con información sobre la resistencia de distintos granos a las pestes, además de su rendimiento y habilidad para prosperar en ciertas altitudes. Una tercera opción es un "léxico sensorial" donde la organización evalúa las nuevas variedades de café que están siendo desarrolladas para asegurar que su sabor es agradable.
Pero incluso el sitio web de la organización reconoce que "hay grandes vacíos en nuestro conocimiento de cómo ayudar de la mejor forma a los productores para que se adapten al cambio climático".
Welsh dijo que "nadie, por supuesto, quiere ver que alguna especie de café se extinga, pero tenemos que prepararnos para la posibilidad de que eso podría ocurrir".
Molly Harriss Olson, presidenta ejecutiva de Fairtrade Australia y Nueva Zelandia, aseguró estar particularmente preocupada por los productores de café y el impacto que el aumento de las temperaturas y los impredecibles patrones climáticos tendrían en ellos.
"El café soporta la vida de 125 millones de personas alrededor del mundo, incluyendo a algunos de los más marginalizados y pobres ciudadanos en países en desarrollo", declaró, citando un reporte de la International Coffee Organization. "Si no hacemos algo al respecto pronto, las consecuencias para estar personas van a ser absolutamente devastadoras".