TOKIO.- El nuevo robot de la compañía japonesa Toyota no puede hacer mucho más que conversar en una delicada voz. Kirobo Mini, un desarrollo de US$ 390 y 10 centímetros de altura cuyo nombre viene de las palabras "kibo" ("esperanza") y "robot", supuestamente tiene la inteligencia de un niño de cinco años.
Fuminori Kataoka, ejecutivo a cargo del proyecto, dice que su valor es emocional, yendo del hogar al auto y al aire libre como un acompañante fiel, aunque el dueño deberá estar a cargo del transporte.
Las preventas parten a fin de año y las entregas ocurrirán durante 2017. No hay planes de lanzar el robot fuera de Japón, e incluso ahí la salida será gradual, estando limitado sólo a Tokio y Aichi, para recibir una primera respuesta de los usuarios.
Viene equipado con una cámara, micrófono y Bluetooth. Se conecta a un smartphone, que requiere una app especial. Cuando escucha una voz, gira su cabeza en esa dirección aunque algunas esta función falla ya que su reconocimiento de voz no es perfecto.
"Toyota ha estado haciendo autos que tienen muchos usos. Pero esta vez estamos empujando un valor emocional", dijo Kataoka.
Durante una entrevista, el robot giró su cabeza al reportero y después a Kataoka cuando respondió. Pero la primera vez que el ejecutivo le preguntó al robot su nombre, le respondió preguntándole qué tipo de auto tenía. Acertó la segunda vez. Kataoka sólo rió.
El robot no tiene tecnología de reconocimiento fácil, por lo que no puede identificar a distintas personas. La idea es que, por esto, cada persona tenga su propio Kirobo Mini.
Más personas en Japón están viviendo solas, incluyendo a ancianos y solteros jóvenes. Y necesitan a alguien –o en este caso "algo"– con quien hablar, explica el ejecutivo. Pero también fue increíblemente honesto sobre lo inútil que es el robot.
"No es suficientemente inteligente como para ser llamado inteligencia artificial", dijo. "Esto se trata de la existencia de algo con lo que puedes hablar. Un peluche no responde, pero la gente sí les habla. Pero si pudiera responder, ¿no sería eso mejor? ¿Y no es esto mejor que hablarle a una caja?"
Algunos pueden encontrar depresiva –si es que no perturbadora– la visión de una sociedad llena de personas solitarias que deciden hablar con máquinas. Pero los creadores dicen que esa es la realidad y que la tecnología puede servir como una herramienta para cuidar a enfermos o a personas de la tercera edad.
Naoki Mizushina, investigador del MM Research Institute de Tokio (que estudia el mercado de la robótica), dijo que el robot es más parecido a un juguete que habla, que usualmente está disponible a precios más bajos, y que no tiene funciones concretas que podrían convertirlo en un éxito, como vínculos a sistemas de compras o la entrega de información útil. "¿Despegará como producto? Puede que sea difícil", declaró.
Pero a quienes les gustan los avances tecnológicos –y hay mucha gente así en Japón– les podría interesar. Toyota rechazó decir cuántas unidades está preparando para la preventa o cuántos quería vender en su primer año. También mantiene dudas sobre el atractivo de un robot de compañía en otros mercados, aunque está dispuesta a evaluar tal interés.