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Nuevo avance permite que paciente sienta lo que toca con su mano "robótica"

El sistema requiere la instalación de electrodos en el cerebro del usuario y aunque está en una etapa temprana, los resultados son esperanzadores.

13 de Octubre de 2016 | 15:54 | AP/Emol
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En la foto, el paciente es preparado para una prueba donde debe identificar qué dedo de la prótesis está siendo tocado.

AP
WASHINGTON.- Un hombre paralizado está recuperando el sentido del tacto a través del uso de una mano robótica controlada con su mente, sintiendo presiones sutiles en sus propios dedos cuando los artificiales son tocados. El experimento es un avance temprano en el camino a crear prótesis que puedan sentir.

¿Cómo funciona? Pequeños chips implantados en el cerebro de Nathan Copeland se "saltan" su médula espinal dañada, redireccionando las señales eléctricas que controlan el movimiento y la sensación desde y hacia el brazo robótico.

Cuando los investigadores de la Universidad de Pittsburgh taparon los ojos de Copeland, pudo identificar de manera correcta qué dedo robótico tocaron en un 84% de las oportunidades.

"En la mayoría de ellas, se sintió como una presión o un estremecimiento" de su propio dedo correspondiente, dijo Copeland, de 30 años y residente de Dunbar, Pennsylvania. Cuando un investigador tocó dos dedos al mismo tiempo "sólo reí y le dije '¿estás tratando de engañarme o algo?'".

El uso de las ondas cerebrales para potenciar prótesis es un campo importante en la actualidad, con el objetivo de darle a los discapacitados más independencia, además de mejorar las prótesis para amputados. Titulares en años recientes han informado experimentos que han llevado a los pacientes a mover un brazo robótico para tocar a un ser querido o tomar un trago con solo imaginar el movimiento. Sus pensamientos activan implantes mentales que retransmiten señales eléctricas necesitadas para comandar movimientos. Las señales son enviadas a la extremidad artificial a través de un computador.

Lo nuevo es la recreación de sensación usando tecnología controlada por el cerebro. Después de todo, el verdadero movimiento depende de más que el movimiento de los músculos. Al alcanzar algo, esa sensación táctil te ayuda a agarrar el objeto con suficiente fuerza para sostenerlo, sin botarlo o romperlo.

"No obtenemos sólo una conexión emocional", asegura Robert Gaunt, profesor asistente de la casa de estudios y quien lideró el trabajo. "A la gente le cuesta mucho interactuar con objetos, levantarlos, manipularlos, hacer cosas básicas con sus manos si no tienen una sensación táctil básica".

El primer paso es poner los sensores en la prótesis. El próximo obstáculo es cómo permitir la respuesta desde y hacia esos sensores. Para pacientes amputados, algunos científicos están intentando conectar los nervios que aún están en la parte restante de la extremidad directamente al brazo robótico.

Eso no es posible si una lesión en la médula espinal ha interrumpido los mensajes que normalmente viajan entre la mano y el cerebro. Pero investigaciones previas con monos sugieren que los implantes cerebrales podrían solucionar este problema, por lo que cirujanos del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh implantaron electrodos en la parte del cerebro de Copeland que controla lo que sienten sus manos.

Estimular eléctricamente esas células funcionó a pesar de que el accidente vehicular que dejó a Copeland paralizado ocurrió hace más de diez años, notó Gaunt. "Esto demuestra que puedes obtener una sensación natural" a través del implante cerebral, agregó Andrew Schwartz, neurobiólogo del mismo centro.

El reporte publicado este jueves en la revista Science Translational Medicine detalla los primeros seis meses de experiencia de Copeland después de recibir el implante en marzo de 2015. La investigación ahora se está volviendo más sofisticada, permitiendo que levante objetos mientras los electrodos estimulan los distintos niveles de fuerza, indicó el propio paciente.

Si bien el trabajo se está haciendo en un solo individuo, es un paso hacia la creación de la capacidad del tacto, indicó Richard Andersen, neurocientífico del California Institute of Technology cuyo equipo también trabaja en prótesis controladas con la mente y que está a punto de empezar un experimento similar. "Todavía se necesita determinar si esta respuesta táctil va a mejorar el rendimiento" en el uso de la prótesis, advirtió.

Copeland no se puede llevar el brazo robótico a su casa pero está orgulloso de ayudar al avance de la ciencia. "Técnicamente, cuando se termine, no habré logrado nada salvo hacer algo cool con gente cool", declaró. "Es cursi pero Luke Skywalker (en las películas de "Star Wars") pierde su mano y básicamente al día siguiente ya tiene una robótica y está funcionando bien. Tenemos que llegar a ese punto y para hacerlo, alguien tiene que empezar".
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