LONDRES.- El caso de una joven inglesa de 14 años, que ganó un recurso judicial que le permitió congelar su cuerpo después de morir debido a un cáncer, revivió el debate sobre si este tipo de procedimientos deberían ser autorizados y comercializados y si un avance que permita descongelar y revivir a un humano muerto es siquiera posible.
"Actualmente es ciencia ficción sugerirle a una persona que puede ser traída de vuelta a la vida en el futuro, incluso considerando los avances tecnológicos", declaró Channa Jayasena, catedrática de endocrinología reproductiva de Imperial College de Londres a
The Telegraph. "Estoy preocupada de que los derechos de pacientes vulnerables de criogénica no pueden ser protegidos indefinidamente. En resumen, la criogénica tiene riesgos para el paciente, presenta problemas étnicos para la sociedad, es muy cara y no tiene beneficios probados. Si fuera una droga, nunca sería aprobada", agregó.
La base para este tipo de críticas está en la ausencia de evidencia de que tal técnica sería posible. "Los defensores de la criogénica no pueden citar ningún estudio donde un cerebro de mamífero completo, sin siquiera hablar de un cuerpo entero, ha sido resucitado después de ser almacenado en nitrógeno líquido", aseguró Clive Coen, profesor de neurociencia del King's College de la capital británica.
"Incluso si revivir un cuerpo fuese posible -no lo es-, todos los órganos complicados habrían estado dañados desde el principio, y calentarlos de nuevo los dañaría aún más", señaló, agregando que "la ilusión generada por las compañías de criogénica es irresponsable".
"No hay evidencia de que esto funciona, fuera de anfibios y pequeñas piezas de tejido", declaró a
The Guardian. Pensar que es posible para el cuerpo entero es "ridículo, y el cerebro es entero es solo ligeramente menos ridículo".
Martin Rees, cosmólogo y astrofísico, también comentó al periódico inglés los problemas sociales que presentaría el regreso de personas muertas a la vida. "Desde un punto de vista ético, si las personas van a ser congeladas y revividas, incluso si sobreviven estarían imponiendo una gran obligación a las generaciones futuras, y cualquier persona revivida sería una molestia o un inadaptado".
Por otro lado, quienes apoyan el estudio de esta técnica indican que muchos científicos no se dedican a este estudio por la mala imagen del campo. "No hay un 'sesgo de estigma' en la conversación sobre criogénica entre los científicos", indicó Ramón Risco, criobiólogo del laboratorio CryoBioTech de la Universidad de Sevilla a The Guardian. "Para los científicos que les gustaría discutir el tema con mente abierta, tiende a significar un daño para sus carreras. De hecho, potencialmente puede significar que sean expulsados de sus sociedades científicas".
"Muchos jóvenes científicos tienen miedo de dañar sus carreras", indicó Anders Sandberg, investigador del Instituto del Futuro de la Humanidad de la Oxford University. "Hablar sobre el futuro puede ser un limitante para la carrera. Ser visto como excéntrico en la manera equivocada es algo negativo".
Por lo mismo, Risco dice que el trabajo se realizará sin grandes anuncios ni publicidad, para evitar el mismo sesgo inicial que enfrentaron avances como la fertilización in vitro, los viajes al espacio y los trasplantes de órganos. "No necesitamos hacer una gran polémica. Seguiremos trabajando en criopreservación de órganos, nadie nos dirá locos y eventualmente llegamos a una solución para el cuerpo entero".