BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) celebró esta jornada la entrada en funcionamiento de la constelación de satélites Galileo, el competidor comunitario del GPS estadounidense, como motor para la innovación para el futuro de sectores como los coches de conducción autónoma, la gestión de emergencias o en rescates humanitarios.
La constelación Galileo y su infraestructura en tierra comenzarán a funcionar este jueves con una calidad de señal que será "muy precisa" pero que no estará disponible todo el tiempo.
Por eso, en esta fase inicial, el sistema europeo de navegación, de concepción civil, se apoyará en otros sistemas satelitales, como el GPS estadounidense, diseñado militarmente, indicó la Comisión Europea en un comunicado.
En la actualidad, ya existen dispositivos en el mercado que incorporan la señal de Galileo, por ejemplo, los del fabricante español de teléfonos inteligentes BQ, recordó la CE, que espera que otras firmas vayan también incorporando su servicio.
Además, a partir de 2018 el sistema Galileo estará incorporado a todos los automóviles comercializados en la Unión Europea, lo que mejorará el posicionamiento y la geolocalización de los vehículos especialmente en ciudades, donde la altura de los edificios puede perturbar la señal del GPS.
Galileo aportará un sistema "robusto y absolutamente encriptado" que podrán utilizar los Gobiernos en "emergencias nacionales o situaciones de crisis como ataques terroristas", agregó la Comisión Europea.
Los satélites que conforman Galileo, que pasarán de los 18 actuales a 30 dispositivos de 750 kilos cada uno en 2020, que orbitan a unos 23.222 kilómetros de altitud sobre la Tierra en tres trayectorias diferentes.
El proyecto Galileo ha requerido una inversión superior a los 13 mil millones de euros, aunque parte de ese presupuesto le corresponde al predecesor de Galileo, Egnoss, que entró en servicio en 2009 y perfecciona la exactitud del GPS.
Cuando esté a pleno rendimiento, la tecnología europea ofrecerá una precisión diez veces superior a la del GPS y el margen de error será de cuatro metros para los servicios gratuitos y de menos de un metro para los clientes de pago.
Además, la nueva constelación ofrecerá a la Unión Europea una herramienta autónoma para su estrategia de política exterior y seguridad, pues no dependerá del control militar estadounidense que opera el exitoso GPS ni de los proyectos similares que preparan, al menos, China y Rusia.