NUEVA YORK.- Cuando los expertos de arte tienen una duda sobre la autenticidad de una obra de arte hay una persona a la que recurren: Jamie Martin, un científico de conservación que se dedica a asistir a los restauradores en su trabajo y adicionalmente colabora con el FBI en investigaciones de falsificación.
Uno de sus trabajos fue revisar una obra de Jackson Pollock, parte de un total de 40 pinturas que conforman una estafa masiva de obras de arte que alcanzó una cifra de 80 millones de dólares y resultaron ser copias realizadas por un artista chino en un barrio de Nueva York y posteriormente vendidas por la Galería Knoedler entre 1994 y 2008.
Para lograr determinar la autenticidad de una obra Martin no sólo examina de manera tradicional los lienzos, sino que aplica todos sus conocimientos de arte y científicos para lograrlo.
Gracias a las imágenes en 3D obtenidas con un microscopio estéreo, Martin logró determinar que la firma de Pollock en realidad estaba realizada con una aguja. Luego de eso, el científico utilizó un microscopio Raman de máxima precisión -una herramienta capaz de analizar muestra de áreas tan pequeñas como la milésima de un milímetro- para descubrir la presencia de un pigmento denominado "Rojo 170" y que no estuvo disponible hasta varias décadas después de la muerte de Pollock.
Luego de todos estos análisis, el cuadro fue denominado claramente y sin dudas como una imitación. Una buena imitación.
Si bien este tipo de casos con el FBI no son el trabajo diario de Martin, el experto en arte ha contribuido en el análisis de diversas obras. Sólo en este caso trabajó con 14 pinturas de las 40 involucradas en la investigación. En otra oportunidad, fue parte del equipo de experto que testificó en una denuncia por 25 millones de dólares que involucraba un lienzo falso de Mark Rothko.
En su día a día este científico de conservación se dedica a asistir a diversos restauradores, especialmente en los museos de Nueva York a encontrar los pigmentos específicos para cada obra o el descubrimiento de diversos materiales en alguna exposición.
"Mi trabajo es utilizar la tecnología y la investigación para contar la historia de una pieza de arte", comenta Martin a Wired. "Como científico, siento una responsabilidad de preservar la historia del arte para que así, futuras generaciones, puedan tener un amplio y preciso entendimiento de lo que cada artista fue y lo que ellos crearon".
En la actualidad existen otras personas que se dedican a identificar este tipo de falsificaciones en el mundo gracias al avance de la tecnología y el uso de la ciencia en la identificación de pruebas.