CABO CAÑAVERAL.- Un pequeño y congelado mundo de agua que orbita alrededor de Saturno es ahora el principal candidato para albergar vida fuera de la Tierra.
La nave Cassini de la NASA detectó moléculas de hidrógeno en los géiseres que salen desde la luna Encélado, posiblemente como resultado de reacciones profundas entre agua y roca que podrían dar pie a vida microbiana.
En una conferencia donde se comunicó el hallazgo, uno de los científicos a cargo de Cassini detalló que "ahora sabemos que Encélado tiene casi todos los ingredientes que hasta ahora consideramos necesarios para soportar la vida tal como se conoce".
Además de la presentación realizada en Washington, los descubrimientos fueron detallados en un trabajo publicado en la revista especializada Science.
La NASA y otros fueron rápidos en asegurar que este nuevo descubrimiento no significa que hay vida en Encélado (que con un diámetro de apenas 500 kilómetros, alberga un océano líquido bajo su superficie, del cual salen flujos de vapor a través de fisuras en su polo sur) pero que puede haber condiciones favorables para ella.
Los expertos detallaron que este tipo de reacciones existe en la Tierra y que además han encontrado estos flujos de vapor en el océano profundo, en zonas en que se han visto organismos alimentándose de las reacciones térmicas que se producen en estos puntos, ya que la luz del Sol no logra llegar hasta ellos.
Con esto, se potencia la posibilidad de que pueda existir algún tipo de vida cerca de los nuevos hallazgos en la luna de Saturno.
No sólo en Saturno
Sin embargo, Encélado no fue el mundo oceánico que mostró condiciones para soportar la vida. En la misma conferencia (y en un segundo paper en Science), científicos de la NASA detallaron que uno de los satélites de Júpiter, Europa, también mostró reacciones térmicas que dan señales de contener los elementos químicos necesarios.
Una nueva imagen de una columna de humo encontrada en la superficie de Europa, que se extiende por hasta 100 kilómetros de altura, fue observada por primera vez en 2015. Esta columna está situada en una zona del satélite que contiene lo que se cree que son fisuras de la capa de hielo que cubre la luna.
Los científicos a cargo de las observaciones realizadas por el telescopio Hubble creen que este hallazgo se asemeja a la evidencia de las erupciones de agua encontradas en Encélado.
"Las columnas de humo de Encélado están asociadas con las zonas más cálidas, por lo que luego de las imágenes obtenidas con Hubble, revisamos si coincidían con anomalías térmicas encontradas por la sonda Galileo en la década de los 90 y descubrimos que están en la misma zona", detalló William Sparks.