SANTIAGO.- Ratones, conejos e incluso moscas son utilizados actualmente en diversos estudios científicos sobre el uso y efecto de nuevos componentes médicos o el avance en posibles tratamientos a patologías que afectan a centenares de personas. Sin embargo, en la actualidad esta práctica es altamente criticada por diversos sectores, al tiempo que los científicos se ponen al día con legislaciones que favorezcan un buen trato a estas criaturas.
"Yo diría que el contexto en Chile es similar a lo que ocurre en todo el mundo, se usan modelos animales para investigación científica básica y aplicada del ámbito de la biomedicina fundamentalmente. Esto es, estudiar las causas de enfermedades, estudiar desarrollo de posibles terapias", explica Mauricio Boric, doctor en Filosofía y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas en la Pontificia Universidad Católica.
Las especies que más se utilizan actualmente en Chile "son roedores de experimentación, ratones y ratas", explica a Emol el profesor y agrega que "existe un menor uso cobayos, algo debe haber en conejos [...]. Se usa también mucho la mosca de la fruta, porque sus genes son muy parecidos a los nuestros".
No obstante, no todos creen lo mismo. El coordinador nacional de AnimaNaturalis en Chile, Carlos Rosenberg, señala que "[en el mundo] hoy en día existe un menor uso de animales en experimentos científicos. Sin embargo, en Chile, lamentablemente no se ha realizado gran progreso en esta materia".
Actualmente en el país, los investigadores que requieran el uso de animales en sus investigaciones deben solicitar una autorización a un comité de ética de las instituciones que entregan el financiamiento para los estudios, y que solicitan un protocolo en el que se detalla el menor sufrimiento de los animales a utilizar. Otro de los aspectos que este comité debe velar es que la investigación tenga merito científico, es decir, que significará un aporte a la ciencia.
Entre estas regulaciones existe un estándar llamado "Política de las tres R" que se instauró en 1959 en torno a tres conceptos: reducir, refinar y reemplazar, con el fin de disminuir el uso de seres vivos en las investigaciones. Esto "significa reducir el uso de animales, por lo que cada vez que se presenta una idea, se estudia y hay que presentar pruebas estadísticas de por qué el número de animales", una decisión que debe ser valorada por el comité de ética. "Mejor ciencia se hace con pensarla más primero y minimizar el número de animales", asegura Boric.
Luego, se deben refinar los procedimientos. Aquí se destaca el "mejor uso de anestesia, mejor uso de analgesia y reducir el tiempo" de uso de estos animales en la investigación. Finalmente, se debe reemplazar completamente el uso de estas criaturas en los estudios, es decir, "utilizar cualquier modelo que signifique no usar animales".
Sin embargo, no todos creen que esta política es algo que sea una solución en la práctica, Rosenberg asegura que "la norma de las tres R está totalmente fuera de las políticas de experimentación con animales, ya que este tipo de experimentación es antiguo, obsoleto y costoso".
"Ya no es necesario en el mundo, sin embargo aún se usa debido a la negligencia en la actualización de las políticas de experimentación", critica el coordinador de la organización de protección animal.
El uso de otros modelos en la investigación
Así como el avance científico ha ayudado en la demostración de las similitudes entre los organismos o genes de algunos animales con el ser humano, también se ha logrado el uso de otras técnicas en la investigación científica que permitan eliminar a estas criaturas de la ecuación al momento comenzar un estudio.
"Hoy existe una amplia variedad de alternativas para la experimentación en animales. Algunas de las más conocidas son la experimentación con órganos in vitro o la experimentación en tejidos artificiales, los cuales, lejos de ser una alternativa, son una gran mejora para el campo científico, ya que los resultados son más exactos al experimentar en órganos y tejidos humanos en vez de usar los de otras especies", asegura Rosenberg.
Algo en que el doctor Boric también muestra un punto de encuentro: "Todo lo que se puede reemplazar se reemplaza, por una serie de argumentos, el ético, que es el más importante, si alguien no necesita disponer de una vida animal, no se hace". Para ello se utilizan modelos en células. "En una placa se pueden hacer cientos de experimentos a la semana, algo que en animales no se podría hacer", asegura el académico, entregando posiciones económicas que también entran en acción.
Sin embargo, Rosenberg asegura que el uso de animales es completamente "innecesario, ya que, más allá de saber cómo reaccionan otras especies a los estímulos, debiese haber un enfoque de cómo reacciona nuestra especie ante esos estímulos, y para eso ya existen alternativas [...] que entregan resultados más precisos" sobre la acción de algún producto inmediatamente en la raza humana.