WELLINGTON.- Nueva Zelanda se convirtió hoy en la undécima potencia espacial tras el lanzamiento de un cohete de la empresa Rocket Lab desde el primer centro espacial privado del mundo, situado en la península de Mahia de la Isla Norte.
"Enviado al espacio. El equipo está encantado. ¡Habrá más!", publicó Rocket Lab en su cuenta de Twitter luego de que la nave despegara desde la plataforma oceánica.
El fundador y CEO de la compañía, Peter Beck, calificó de "buen vuelo" el lanzamiento, aunque el cohete no consiguió llegar a la órbita prevista. "Aun así, [el hecho de] llegar al espacio en nuestra primera prueba nos pone en una posición muy fuerte para acelerar la fase comercial de nuestro programa", afirmó.
Rocket Lab señaló que utilizará los datos obtenidos con esta prueba para iniciar lanzamientos comerciales regularmente durante este año. El objetivo de la start up con base en California, Estados Unidos, es ofrecer lanzamientos semanales a sus clientes por unos 4,9 millones de dólares, un costo bastante menor comparado con otras compañías.
El cohete "Electron", de Rocket Lab, utiliza motores imprimidos con tecnología 3D y está diseñado para portar pequeñas cargas, como satélites de imagen y de telecomunicaciones de hasta 150 kilogramos.
"Los clientes podrían utilizarlos en campos como las predicciones meteorológicas o de desastres naturales, así como internet en el espacio, datos marítimos actualizados y servicios de rescate", apuntó Beck.
Si la empresa consigue ser confiable con rapidez y ofrecer lanzamientos según la demanda, podrían hacerse con un segmento de mercado ignorado por la industria, apuntó el ex director de los lanzamientos de Boeing en la NASA, Kris Walsh y añadió que "cualquier comparación con SpaceX no es realista".
A diferencia de la firma liderada por Elon Musk, que busca cohetes de alta potencia que sean capaces de llegar a Marte en la década de 2020, además de contratos comerciales con la NASA para enviar grandes cargas a la Estación Espacial Internacional, Rocket Lab lo que propone es el lanzamiento de pequeñas naves a la órbita baja de la Tierra, pero con un costo muy reducido.