SANTIAGO.- En septiembre Apple realizó su tradicional "evento de otoño", donde presentó tres nuevos modelos del iPhone: dos que representan una actualización del modelo actual y un tercero que es una renovación del formato tradicional del dispositivo. Los primeros dos dispositivos llegaron la semana pasada a Chile, y en Emol tuvimos la oportunidad de probarlos.
Es difícil referirse al iPhone 8 (y su modelo más grande, 8 Plus) sin hablar del iPhone X que llegará, según se anunció esta semana, el próximo 7 de diciembre al país. Internamente ambos equipos son muy similares, pero el X (o "10") incluye algunas características que tienen el potencial de definir el futuro del smartphone, con cambios que no se habían visto hasta ahora en el teléfono de Apple, como la eliminación del botón de inicio. En comparación, el iPhone 8 es una evolución principalmente interna de lo que seguía siendo un muy buen teléfono.
En cuanto a diseño, el iPhone 8 mantiene el mismo concepto que Apple viene usando desde el modelo "6" de 2014, al punto de que si se le pone una carcasa, el nuevo teléfono es indistinguible de los lanzamientos de los últimos años. El único cambio en construcción es la utilización de una cubierta de vidrio en la parte trasera, lo que permite sumar carga inalámbrica, siendo esta una de las funciones más significativas de este año. Apple dice que los vidrios usados en la pantalla y parte de atrás son los más resistentes de la industria, pero no hay que engañarse: vidrio es vidrio, y si se cae, se va a quebrar. Así, usar una carcasa es casi obligatorio.
Si bien no hay cambios en la resolución de las pantallas, tanto el modelo 8 como el 8 Plus incorporan la tecnología "TrueTone", que debutó en el iPad Pro de 2016. Este modo usa sensores en el teléfono para ajustar la temperatura del color en el display en torno a la luz ambiente. Es una tecnología que no se nota mucho hasta que se compara con un teléfono que no la incorpora.
En cuanto a funcionamiento, el teléfono no muestra demora alguna. El nuevo chip A11 Bionic garantiza un buen rendimiento en aplicaciones y juegos, algo que se nota particularmente en aplicaciones de realidad aumentada, un área que Apple está impulsando con iOS 11. Ya hay secciones especiales de juegos y apps que usan esta tecnología en la App Store, pero algunas destacan de manera particular: una aplicación permite proyectar constelaciones sobre una imagen en vivo del cielo y otra permite crear planos de una habitación sólo usando la cámara. Por otro lado, la autonomía de batería no tiene mayores novedades (la carga sigue durando un día) y el puerto de audífonos sigue estando ausente, y un año después de la decisión de sacarlo sigue generando dudas e incomodidad.
Donde sí hay algunos cambios es en la cámara. Las diferencias entre 8 y 8 Plus se mantienen al igual que el año pasado, con el 8 incluyendo un segundo lente. Pero ambos incluyen un sensor más grande que permite la captura de más luz. Esto, sumado a la decisión de dejar permanentemente activada la opción de HDR (se puede desactivar en el menú de ajustes), hace que las fotos del iPhone 8 muestren una mejora importante, con más contraste de colores y tonos más fuertes. El 8 Plus también suma características, a través de una evolución del "modo retrato", que identifica el sujeto en la foto y difumina el segundo plano, replicando el efecto de una cámara DSLR. Esta vez se suman efectos de iluminación, que definen de mejor forma los contornos de la cara o replican el uso de luces profesionales. Algunos resultados son mejores que otros, pero al ser una función que todavía está en beta, se pueden esperar mejoras durante los próximos meses.
¿Vale la pena el iPhone 8? Hay varios puntos que considerar. En cuanto a funcionamiento, no hay problemas. La experiencia es buena, la cámara logra muy buenos resultados y desde este año, el modelo base ofrece más espacio de almacenamiento, partiendo en 64 GB. Pero, como puntos negativos, el diseño sigue siendo el mismo desde 2014 y el precio sigue siendo alto, partiendo en 650 mil pesos fuera de todo plan.
A esto se tiene que sumar que en menos de un mes llegará un equipo que, aunque con toda seguridad será considerablemente más caro, representa la visión de lo que Apple cree que debe ser un smartphone en los próximos años. Salvo unos cuantos detalles en su cámara, el iPhone 8 no tiene nada que envidiarle en especificaciones técnicas al iPhone X, pero este último se pone al día en las tendencias en pantallas (al usar tecnología OLED en un display que cobre casi toda la parte frontal) y tiene el potencial de redefinir la experiencia de uso.
¿Para quién es el iPhone 8? Para quienes están insertos en el ecosistema Apple y no han cambiado su teléfono desde hace un par de años, ya que los usuarios de iPhone 7 no verán aquí cambios que justifiquen la inversión. También es para quienes están en los planes de actualización anual que ofrecen Apple, sus resellers y los operadores, que recibirán este teléfono automáticamente y probablemente quedarán contentos con las modificaciones.
