SANTIAGO.- A un mes de su anuncio,
la generación de teléfonos Galaxy S9 ya está en Chile. Actualmente en preventa en el mercado local, tuvimos la posibilidad de probar los equipos, confirmando la impresión que dejó su estreno en Mobile World Congress: un desarrollo iterativo, apostando a las fortalezas de los S8 del año pasado y
centrando la renovación en leves cambios internos.
Esto se nota al ver los nuevos equipos. Vistos de frente, son casi indistinguibles de los S8, manteniendo el mismo diseño centrado en una "pantalla infinita" que reduce los bordes de la parte frontal, con los mismos tamaños que el año pasado: 5,8 pulgadas de display para la variante estándar y 6,2 pulgadas para el S9+. Los nuevos teléfonos son apenas un poco más anchos y cambian la posición del lector de huella dactilar, dejándolo debajo del lente de la cámara. Así, hace menos probable ensuciarlo con el dedo y soluciona una de las mayores críticas de la generación anterior.
Las novedades están en el interior, particularmente en las cámaras. La apuesta este año está en la calidad de la captura de fotos, a través de la inclusión de un sistema de apertura variable, es decir, que permite más o menos entrada de luz en base a las condiciones de iluminación del ambiente. Así, cuando hay buenas condiciones de luz el lente se cierra a una apertura de f/2.4, pero cuando la luz ambiente disminuye, se abre a f/1.5. Los efectos no son notorios en todo momento, pero en comparación al año pasado, hay una mejora en rendimiento en situaciones oscuras.
El otro cambio está en la cámara frontal, donde se incluye un modo llamado "AR Emoji", que convierte al usuario en un emoji animado, basado en su cara o en personajes incorporados al teléfonos. Aunque interesante, la función es limitada y no logra los mismos resultados que los "Animoji" del iPhone X, que no sólo usa la cámara para captar los movimientos faciales. Otra novedad en la cámara es un modo de cámara lenta que llega hasta 960 cuadros por segundo, es decir, es más lenta que otros teléfonos en el mercado, aunque sólo puede captar 0,2 segundos de acción y bajando la resolución del material a 720p (en uso normal puede grabar hasta 4K).
En cuanto a funcionamiento, el S9 no presenta problema alguno. Si bien el modelo estándar y el Plus no tienen la misma RAM (4 y 6 GB, respectivamente), el más pequeño no se muestra más débil en uso. Ambos están impulsados por el nuevo chip Exynos 9810, desarrollado por la propia Samsung, que no muestra ninguna demora, sea en usos simples como navegación web o revisión de correos, o en otras técnicamente más demandantes, como uso de juegos o edición de video. Ahora, eso también es cierto para el Galaxy S8 del año pasado, que está recibiendo la actualización a la última versión de Android y que es de esperar baje de precio con el arribo de la nueva generación.
El único problema parece estar en la autonomía de batería. Si bien en nuestras pruebas logramos que la batería durara un día completo, en varias ocasiones lo que parecería ser un uso normal (navegación, mensajería, correo electrónico, uso de la cámara y visionado de algunos videos) hizo que fuera necesario cargar el equipo antes de lo esperado. Ahora, el sistema de carga rápida soluciona esto en parte, pero es una leve incomodidad.
Esto no afecta la experiencia del S9. Una que se basa en lo que se hizo bien el año pasado con los S8 -diseño, pantalla, cámaras- y hace cambios que si bien no son una reinvención, son una refinación. Quien ya tiene un S8 -que en sí se vuelve una opción cada vez más interesante tras un potencial recorte de precio- puede saltarse esta actualización con confianza, pero quienes buscan una experiencia premium en Android tienen acá la que es probablemente la mejor opción del mercado local.
