WASHINGTON.- De los cientos de preguntas que los legisladores estadounidenses le hicieron el martes a Mark Zuckerberg, ninguna pareció sorprender más al fundador de Facebook que la hecha por el senador Dick Durbin, que le inquirió sobre dónde había dormido la noche anterior.
"¿Te sentirías cómodo compartiendo con nosotros el nombre del hotel en el que te hospedaste anoche?", le preguntó durante una intensa audiencia sobre la privacidad en la red y el papel de Facebook sobre el destino de la información personal de los usuarios que se unen a la red social.
Zuckerberg hizo un pausa de ocho segundos, sonrió entre dientes, hizo una mueca y no contestó.
"Um, uh, no", se limitó a decir.
Y "si te has enviado mensajes con alguien esta semana ¿compartirías con nosotros el nombre de tus interlocutores?", le insistió el senador demócrata de Illinois. Y, de nuevo, el fundador de Facebook soslayó la pregunta.
Quizá más que cualquier otro senador en las más de cinco horas de interrogatorio, la táctica de Durbin puso el dedo en el ojo del problema que rodea a Facebook para mantener el control de la información privada de decenas de millones de sus usuarios, en medio del escándalo por el uso de datos personales para dirigir publicidad política y mensajería durante la carrera presidencial de 2016.
"Creo que de eso trata todo esto", espetó Durbin, 40 años mayor que Zuckerberg.
"Tu derecho a la privacidad, los límites de tu derecho a la privacidad, y cuánto das en los Estados Unidos modernos en nombre de conectar a personas de todo el mundo", le dijo el senador.
Zuckerberg, que a sus 33 años dirige una compañía multimillonaria con alrededor de 2.000 millones de usuarios, aceptó su responsabilidad personal por la filtración de datos de usuarios y prometió que la compañía lo hará mejor para proteger esa información.
Zuckerberg también dio la razón a Durbin: "Creo que todos deberían tener control sobre cómo se usa su información".