BARCELONA.- La contaminación marítima es uno de los principales problemas que diversas organizaciones luchan por resolver, ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Nature ha demostrado que el plástico vertido en el mar libera compuestos orgánicos que estimulan el crecimiento de las bacterias marinas.
La investigación revela que estos residuos liberan hasta 23.600 toneladas métricas de carbono orgánico disuelto en el agua, que en su mayor parte es rápidamente consumido por las bacterias, lo que estimula su crecimiento.
La científica del Instituto de Ciencias del Mar, Cristina Romera, explicó que "hasta ahora se conocían los efectos nocivos de los residuos plásticos en animales, desde pequeños invertebrados a ballenas, pero se ignoraba cómo afectan a las bacterias marinas".
Así, "el objetivo de nuestro estudio era cuantificar cuánto carbono orgánico proveniente de los residuos plásticos se libera al medio marino y qué consecuencias tiene para las bacterias", añadió Xosé Antón Álvarez Salgado, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Para averiguarlo, el equipo hizo experimentos en los que distintos tipos de plástico flotando en agua de mar fueron expuestos a la radiación solar durante períodos de una semana y un mes. Tras esto, observaron que todos ellos liberaban carbono orgánico al agua de mar, tanto si habían sido expuestos a la radiación solar como si no.
"Teniendo en cuenta que cada año se vierten al océano hasta 12 billones de toneladas de plástico, nuestros resultados sugieren que este plástico libera anualmente unas 23.600 toneladas métricas de carbono orgánico", concretó Romera.
En una segunda fase, los biólogos añadieron bacterias al agua de mar que contenía los compuestos liberados por el plástico y vieron que, tras cinco días, las bacterias habían consumido el 60% del carbono orgánico disuelto liberado por el plástico. En el caso de aquellos que sí fueron expuestos, las bacterias consumieron más carbono y crecieron más rápidamente.
"Esto indica que la radiación solar produce cambios estructurales en los compuestos liberados por el plástico, que pueden inhibir el crecimiento de las bacterias", según Álvarez Salgado.