Javiera Pineda/Ramiro Crego
SANTIAGO.- Un nuevo análisis del impacto de especies invasoras en zonas protegidas de Chile ha revelado la gran amenaza que significan estos animales para conservación de la flora y fauna de nuestro país. Entre las especies que más problema causan, se encuentra el visón (Neovison vison) y la chaqueta amarilla.
El estudio, realizado por la Universidad de Magallanes y la University of North Texas y que fue publicado recientemente en la revista científica PLOS One, detalla cómo estas criaturas han logrado cambiar sus patrones de sueño y alimentación, atacando el desarrollo que tienen las especies nativas de Chile. Así, por ejemplo, el visón se volvió más diurno y terrestre en la isla Navarino, en la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos.
Si bien el "impacto más conocido y emblemático es el del castor en el bosque nativo", comenta Ramiro Crego, de la casa de estudios estadounidense, explica que "en el caso del visón, es un depredador generalista y muy plástico, capaz de adaptarse a distintos hábitats con distintas condiciones ambientales y presas".
Actualmente, quienes más sufren este impacto es "la fauna autóctona de vertebrados se restringe a las aves, mamíferos pequeños y peces", ya que ellos "evolucionaron sin la presencia de los depredadores exóticos, por lo que son 'ingenuos' y vulnerables" a los ataques de los visones.
Quienes también representan una amenaza son las avispas chaqueta amarilla (Vespula vulgaris), la que ya ha sido calificada como una de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En Chile se registró su primera aparición en 2011, en la Región de la Araucanía, y ya para el año 2015 había logrado llegar a la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos. "Lo que sabemos, actualmente, es que la chaqueta amarilla presenta una acelerada dispersión en su distribución, de aproximadamente 25 kilómetros por año", detalla Javier Rendoll, científico del Programa de Conservación Biocultural Subantártica (PCBS).
En este caso, las especies nativas más afectadas son los polinizadores como las moscas florícolas (dípteros, tipúlidos y sírfidos), arañas, escarabajos y larvas de mariposas y polillas, principalmente por la competencia en el consumo de néctar o al ser depredadas para alimentar a las larvas de la avispa.
"Son varios los problemas que enfrenta la Reserva Cabo de Hornos y el mundo, todos bajo el brazo del cambio global. El turismo masivo sin regulación, la fragmentación de hábitat, las invasiones biológicas, entre otros, afectan de manera heterogénea al planeta y sus diversas regiones. Las invasiones biológicas son un tema complejo: para avanzar es necesario que sean abordadas tempranamente y que incluyan el componente social", sostiene Rendoll.