El Mercurio (imagen referencial)
CALIFORNIA.- Albert Einstein fue reconocido durante sus cátedras en Estados Unidos en la segunda parte del siglo XX como un opositor de la opresión a las comunidades afroamericanas, pasajes de sus diarios años antes de su llegada al continente americano revelan serios episodios de xenofobia, principalmente contra la población asiática.
Tras la revisión de los escritos que el físico plasmó en sus cuadernos durante sus viajes por el Mediterráneo y oriente en la década de 1920 junto a su esposa Elsa, el editor y asistente de dirección del "Einstein Papers Project" del Instituto de Tecnología de California, Ze’ev Rosenkranz, destaca las extrañas palabras.
El investigador señala que Einstein durante su estadía en Estados Unidos se mostró en apoyo a los movimientos sociales de esta índole, llegando a decir en sus clases que "la separación no es una enfermedad de las personas de color. Es una enfermedad de las personas blancas".
Sin embargo, frente a los ciudadanos chinos o japoneses la historia es distinta. En sus diarios, el físico de origen alemán, detalló que los nipones son personas "que no generan problemas, impersonales y alegres de cumplir las funciones sociales que le recaen sin mayores pretensiones, pero muy orgulloso de su comunidad y su nación".
En tanto, para las mujeres de Japón, el científico fue un poco más allá, describiéndolas como: "de apariencia ornamentada y desconcertada", agregando que tienen "ojos negros, pelo negro, caras largas" y caminan rápido con pequeños pasos.
Para Rosenkranz, la descripción hacia los ciudadanos chinos es incluso peor, llegando a "una dosis extrema de misoginia", ya que las crónicas del físico postulan el siguiente enunciado: "He podido notar la poca diferencia que existe entre los hombres y las mujeres", detallando que "no entiendo qué tipo de atracción fatal poseen las mujeres chinas, que cautiva a los hombres correspondientes, a tal punto de que son incapaces de defenderse contra la formidable bendición de la descendencia".
Además, Einstein describió a la comunidad china como "una nación similar a un rebaño", asegurando que "son incapaces de ser entrenados para pensar lógicamente" y que "no tienen talento para las matemáticas".