MÉXICO.- La elevada actividad sísmica que se registra en México ha provocado que investigadores de este país trabajen en un mapa de intensidades y daños en el territorio en tiempo real, para tomar mejores decisiones, dirigir la ayuda para informar con prontitud si se está o no ante un desastre.
El objetivo del proyecto, a cargo de la coordinación de ingeniería sismológica del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es reducir la incertidumbre que se vive los primeros minutos después de un sismo.
Tras el movimiento se produce un vacío de información en el que las autoridades no saben con precisión cuáles son los sitios más afectados o si se han producido daños en las estructuras de las edificaciones.
"Un movimiento telúrico tiene una sola magnitud; por ejemplo, la del sismo del 19 de septiembre pasado fue de 7,1, pero las intensidades que se produjeron respecto al mismo fueron muchas", señaló el investigador Mario Ordaz Schroeder mediante un comunicado distribuido por la institución educativa.
"La intensidad sísmica es una medida local de la severidad del movimiento del suelo y está relacionada con la magnitud del temblor, pero depende de otros factores como la distancia desde el epicentro, el tipo de suelo o la ruptura de las placas tectónicas", añadió.
Ordaz agrega que a las construcciones "no les importa" si el temblor fue de magnitud 7 u 8, lo que las puede afectar es cuánto se acelera el suelo en su base.
"Cuando tiembla, el suelo se mueve y esas aceleraciones se convierten en fuerzas de inercia sobre las estructuras por ello, la intensidad es una medida instrumental, relacionada con los daños estructurales", detalló.
El experto detalló que la importancia de crear mapas de intensidad sísmica "muy poco tiempo después de que ocurrió un sismo" es necesaria para registrar la aceleración en el suelo, mediante instrumentos denominados acelerómetros.
En el sismo del 7 de septiembre se creó una imagen que el especialista calificó como "escalofriante" ya que se observa un área de rojo intenso (fuerte) sobre Oaxaca y Chiapas, pero con tonos rojizos que llegaron hasta Veracruz y Puebla.
