JUNEAU.- Hace tres años un tsunami llegó a las costas de Alaska, pero no fue precedido por un sismo, sino por un evento más relacionado con el impacto del hombre en la Tierra y el cambio climático. Resulta que un nuevo estudio publicado por la revista Nature Scientific Reports esta semana detalla que el origen estuvo en la ruptura de un glaciar.
Fue en octubre de 2015 que el fiordo Taan recibió el impacto de enormes olas tras la caída de más de 180 millones de toneladas de hielo al agua. Según el informe, en el momento en que el iceberg se desprendió, el agua formó olas que alcanzaron hasta los 193 metros de altura, uno de los mayores impactos registrados hasta la fecha.
Si bien las olas que llegaron a la costa eran de menor tamaño, los expertos detallan que este evento podría ser utilizado para estudiar los riesgos de los tsunamis y el impacto del cambio climático en el planeta, ya que este es el primer desastre que ocurriría a causa de este hecho.
"Es probable que se produzcan más deslizamientos de tierra a medida que los glaciares de montaña continúen reduciéndose y el permafrost -la capa permanentemente helada del suelo- alpino se descongelará", detallan los autores en el estudio dirigido por Bretwood Higman, director ejecutivo de Ground Truth Trekking.
Por su parte, Dan Shugar, un geólogo de la Universidad de Washington, también parte de la investigación, agregó que esto es como "dejar caer una bola de bowling en una bañera, el agua se irá hacia alguno de los lados de la tina, pero cuando no pueda seguir, el único camino que le queda es subir".
Además, agrega que este no es un evento único. En Groenlandia se produjo una situación similar -con un sismo de por medio- en que el hielo que cayó al agua alzó olas igualmente extremas, lamentablemente en aquella ocasión si hubo víctimas fatales a causa del tsunami.
