TOKIO.- La multinacional tecnológica Sony presentó hoy una nueva función del perro-robot Aibo que permite a la mascota artificial
"patrullar" por la casa y mantener un
seguimiento de hasta 10 personas, realizando así tareas de mascota "policía".
El nuevo servicio, bautizado con el nombre de
"Aibo Policía", estará disponible para los propietarios de este perro inteligente a mediados de febrero con la próxima actualización del software, especificó la firma japonesa en un comunicado.
Hace un año, Sony lanzó una versión del pionero perro-robot
creado en 1999 que incluía la capacidad de dar afecto a sus dueños, aprender nuevas palabras, gestos, órdenes y responder a éstas a través de un sistema de inteligencia artificial en la nube.
Con la función anunciada para 2019, la empresa nipona busca añadir una
"sensación de seguridad" a la experiencia de "disfrute" de las personas que conviven con el animal.
En el marco de este servicio, Sony también anunció que comenzará una colaboración con la empresa de seguridad japonesa Secom con el objetivo de "proporcionar nuevas funciones y servicios" de vigilancia.
La próxima actualización de su software permitirá a Aibo elaborar un mapa de la casa, "patrullar" por sus espacios y
mantener un registro de 10 personas, con nombres y caras, a las que será capaz de realizar un seguimiento.
A través de varios sensores y sus dos cámaras, en la nariz y por encima de su cola, el perro inteligente podrá cumplir
tareas de "vigilancia" del hogar, que los dueños podrán programar a través de sus teléfonos inteligentes.
El gigante tecnológico informó también que a partir del 1 de febrero pondrá a la venta un modelo marrón y blanco del robot, que hasta ahora solo estaba disponible en colo blanco.
En su página web, la compañía precisó que la nueva función "no está pensada para el cuidado de enfermos, niños y ancianos" ni la "prevención de crímenes" e indicó que no se "responsabiliza" de los
incidentes que puedan resultar de tal uso.
La mascota artificial tiene un precio de 198.000 yenes (unos 1.800 dólares), sin incluir los 90.000 yenes (820 dólares) que los usuarios deben pagar cada tres años para que el robot pueda almacenar conocimiento en la nube y desarrollar así su personalidad.