De izquierda a derecha: Ignacio Muñoz, Diego Salas, Mauricio Cari y Hans Kühn.
Instituto Milenio Fundamentos de los Datos
SANTIAGO.- Lejos de aprovechar sus vacaciones de verano para dormir o salir a mochilear, los escolares Hans Kühn e Ignacio Muñoz decidieron sortear, a mediados de enero, la última etapa de una competencia local: la 7° Olimpiada Chilena de Informática (OCI), un certamen de programación organizado por la Corporación para el Fomento de la Ciencia de la Computación en Colegios con el apoyo de la Iniciativa Científica Milenio, que tenía como premio un pasaje a un destino muy particular, la República de Azerbaiyán.
Hacia allá partirán la primera semana de agosto junto a otros dos compatriotas — Diego Salas y Mauricio Cari —, para concursar individualmente por Chile en la 34° edición de las Olimpiadas Internacionales de Informática que se realizarán en Baku. La capital de este lejano país que limita con Rusia, Georgia, Armenia e Irán. Lo que no inquieta ni a Kühn ni a Muñoz, quienes se comunican al teléfono con un dejo tranquilo, como quien está lejos de iniciar una aventura y todavía ni ha pensado en armar su maleta.
De códigos y soluciones
Para estos jóvenes la puerta de embarque en la península de Absheron hace meses que está entre sus cejas, precisamente desde el sábado 6 de octubre cuando se acercaron junto a más de cien estudiantes a la fase regional de OCI. En ella sólo 30 pasaron a la final nacional y luego una mera docena al campamento que decidiría a los representantes.
"Consistían en problemas de matemática y lógica, que enseñaban situaciones más o menos cotidianas, las que tenías que resolver usando códigos", cuenta Hans Kühn a Emol. "El más fácil, por ejemplo, era de Harry Potter. Había X cantidad de varitas, X de cajas y tenías que ver si cada una de ellas con su largo cabían o no. Para ello lo primero era ordenarlas por tamaño e ir revisando, luego subir el código a un sitio y este lo revisaba automáticamente", detalla el estudiante de 15 años que recién pasó a 2° Medio en The English Institute, y que llegó al concurso tras asistir a un programa Penta UC para niños con talento académico.
10millones de habitantes tiene Azerbaiyán
Para
Jorge Pérez, uno de los fundadores de la OCI e investigador del Instituto Milenio
Fundamentos de los Datos, este sistema de ejercicios les ayuda a resolver problemas del día a día creativamente, lo que los podría beneficiar a futuro: "
Muchos de ellos siguen carreras ligadas a la informática y luego son requeridos por empresas de tecnología. Nos sorprende, gratamente, cómo año a año aumentan los participantes de esta competencia nacional", manifiesta.
A mediados de enero Kühn ya se había hecho merecedor del cuarto lugar en el certamen. Emocionado le escribió por WhatsApp a sus padres y a sus mejores amigos. "Los últimos respondieron primero, me felicitaron mucho y estaban muy emocionados. Luego mi familia que estaba muy feliz…. aunque mi mamá estaba un poco preocupada y antes prefería que casi no ganara ¡Pero porque soy muy chico", relata el estudiante, quien asegura no estar nervioso por su periplo. "¿Lejano? O sea... no está al otro lado del mundo. Está a unos 15 mil kilómetros", afirma con bastante precisión.
La segunda es la de cobre
Por su parte, Muñoz de 16 años se repetirá el plato en estas Olimpiadas Internacionales. El joven que recién pasó a 3° Medio en The Kent School, y que en futuro espera estudiar ingeniería en la Universidad de Chile, participó en 2018 del último mundial de programación llevado a cabo en Tsukuba, al oriente de Japón.
"Fueron dos días de competencia, cada uno de cinco horas y en total eran seis problemas que valían 100 puntos cada uno", relata Muñoz del torneo realizado en septiembre pasado, en el que quedó
189 de 335. "
Allá son bastante más difíciles que las Olimpiadas Chilenas de Informática, pero encontré bacán la instancia de conocer gente de todos los países que están interesadas en las mismas cosas que yo. Incluso creamos un grupo en WhatsApp", cuenta.
Por lo menos para esta edición ya partió con el pie derecho, al coronarse con el primer lugar de la versión criolla, lo que para él es bastante mérito. "Este año quiero prepararme más para tener una medalla de bronce, porque el año pasado estuve cerca de conseguir una. Veo también que mis compañeros están preparados, y si se entrenan bien podrían llegar a un reconocimiento", proyecta apresurado el joven antes de salir de su habitación. Que para programar, también necesitan almorzar.