Tras la incertidumbre sobre la visita del Presidente Sebastián Piñera al campus de Huawei en China -que creció tras una conversación con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo- la duda ante esta empresa nuevamente bañó la mirada de los usuarios. Claro que la firma de origen asiático nunca ha estado lejos de las críticas cuando de seguridad y transparencia se trata.
Durante años la lucha entre Estados Unidos y Huawei, principalmente con sus teléfonos inteligentes, se ha mantenido activa a niveles en que la firma no tiene la autorización para hacer acuerdos con operadoras del país norteamericano o la prohibición de firmar contratos con instituciones gubernamentales.
¿Por qué? La principal razón es la seguridad, confianza y privacidad que estos dispositivos pueden ofrecer a sus clientes, una duda que llega por el origen de la firma que fue fundada hace 32 años por un ex ingeniero del Ejército de China. De ahí nace la incertidumbre sobre su relación con el Estado chino y el traspaso de información.
En su administración, Huawei se ha catalogado a sí misma como una empresa "colectiva", por sobre una compañía privada y durante estos años no ha quedado claro el rol que mantienen el gobierno chino dentro de la firma, tal como no se ha establecido si -tal como ocurre en otras empresas- parte de las acciones recaen en la administración política.
Operaciones
Actualmente todos los dispositivos inteligentes -principalmente los teléfonos- almacenan una alta cantidad de datos e incluso algunos estudios de seguridad informática los han acusado de "escuchar" de forma constante a los usuarios para luego dirigir la publicidad según sus conversaciones "offline".
En la mayoría de los casos, los teléfonos le solicitan la autorización a sus usuarios para acceder a esta información a cambio de entregarles un mejor servicio o respuesta personalizadas según sus preferencias, acciones a las que muchas personas acceden por no leer las condiciones de uso o porque -conscientemente- quieren utilizar los beneficios que significa dar los permisos necesarios.
Huawei utiliza estas mismas técnicas y, siendo actualmente una de las tres compañías más importantes en el mundo de telefonía móvil -junto a Apple y Samsung-, la cantidad de datos a los que tiene acceso son abrumadoramente altos. Una vez más el problema aparece con el uso que se les da a estos datos.
Estados Unidos no es el único país con el que tiene problemas
Por cierto que Huawei no es la única firma que ha estado en la mira de Estados Unidos. En 2018, cuando esta marca fue prohibida en algunas empresas estadounidenses, la medida además fue aplicada a ZTE, también de origen chino, por las dudas en la seguridad que significan para el gobierno con argumentos sobre la poca certeza sobre la seguridad o independencia -de las autoridades de China- que tuviese realmente la compañía.
En el último tiempo, la firma no ha logrado superar esta barrera de confianza y otros países en el mundo han comenzado a rechazar el inclusión de su tecnología. Así es el caso de Australia que prohibió el uso de su equipamiento para las redes 5G, mientras que Canadá mantiene sus relaciones en pausa con la compañía china. En tanto, las autoridades europeas, según consigna Forbes, están analizando si continuar trabajando de la mano de Huawei en el desarrollo de las telecomunicaciones en el continente.
Estas dudas también han sido planteadas frente a otros dispositivos o sistemas operativos. Tal es el caso de Google y la cantidad de información que mantiene de cada usuario con su plataforma holística de soluciones desde su buscador online hasta las aplicaciones de trabajo, calendario o el propio Android que opera en el 75,33% de los dispositivos móviles según el último reporte de Statcounter.