Expertos de la Universidad de Maryland (EE.UU.) realizaron recientemente
el primer trasplante de un órgano que fue transportado a través de un dron, técnica que podría representar un avance importante en la reducción de tiempo y costo asociado al movimiento de órganos.
Según indicó la universidad, la operación se realizó de manera exitosa el pasado viernes 19 de abril. El dron llevó un riñón para una paciente de 44 años que tuvo que pasar por tratamientos de diálisis regularmente durante ocho años. La nave, diseñada especialmente para este trabajo por expertos de la misma casa de estudios, cubrió una distancia de 4 kilómetros en 10 minutos, y menos de una semana después, la paciente fue dada de alta.
"Como resultado de la excepcional colaboración entre cirujanos, ingenieros, la Administración Federal de Aviación (FAA, la entidad que regula el transporte aéreo en EE.UU.), especialistas de obtención de órganos, pilotos, enfermeras y, finalmente, el paciente, pudimos realizar un avance pionero en trasplantes", indicó Joseph Scaleo, líder del proyecto y uno de los cirujanos que realizó la operación.
La iniciativa incluyó la creación de un dron especial, capaz de transportar el órgano de manera segura y de monitorear una serie de aspectos. Así, la nave puede medir y mantener temperatura, presión barométrica, altitud, vibración y ubicación mediante GPS, transmitiendo toda esta información al equipo a cargo de la cirugía. Esto apuntando a mantener el órgano en buen estado.
Según las estimaciones de los responsables del proyecto, la distancia que recorrió el dron habría tomado entre 15 y 20 minutos en un viaje en auto. Pero si la tecnología sigue su desarrollo, los ahorros de tiempo podrían ser aún mayores. En ese sentido, Scaleo aseguró al medio local Baltimore Sun que este tipo de traslados podría significar un ahorro de hasta 70% de los tiempos de traslado, pudiendo superar obstáculos como tráfico, retrasos de aviones o el clima.
Pero pese al avance, todavía falta para la masificación de este tipo de servicios. Primero, porque la tecnología actual, con drones operando principalmente en base a baterías reduce su rango de vuelo, y segundo, porque la operación de estos viajes requeriría la modificación permanente de las normas impuestas por la FAA. Estas actualmente impiden vuelos de noche y sobre zonas pobladas, además de imponer limitaciones de velocidad, altitud y requerir que el dron siempre esté visible para quien lo controla.