Rastros químicos de pigmento rojo en un antiguo fósil, un ratón excepcionalmente bien conservado no muy diferente de los ratones de campo actuales, han sido detectados por primera vez.
El estudio publicado en Nature Communications reveló que la criatura extinta -que recorría los campos de lo que hoy es el pueblo alemán de Willershausen hace unos 3 millones de años-, apodada cariñosamente como "super ratón" por los autores, tenía un pelaje marrón a rojizo en su parte posterior y en sus costados y tenía una diminuta barriga blanca.
La colaboración internacional, dirigida por investigadores de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, utilizó
espectroscopía de rayos X y múltiples técnicas de imagen para detectar la delicada firma química de los pigmentos en este ratón extinto desde hace mucho tiempo.
"La vida en la Tierra ha cubierto el registro fósil con una gran cantidad de información que solo ha sido accesible a la ciencia recientemente", dice en un comunicado Phil Manning, un profesor de Manchester que fue uno de los líderes del estudio.
"Ahora se puede implementar una serie de nuevas técnicas de imágenes, que nos permiten observar profundamente la historia química de un organismo fósil y los procesos que preservaron sus tejidos. Donde antes solo veíamos minerales, ahora deshacemos suavemente los 'fantasmas bioquímicos' de especies extintas durante mucho tiempo", agregó.
El color desempeña un papel vital en los procesos selectivos que han guiado la evolución durante cientos de millones de años. Pero hasta hace poco, las técnicas utilizadas para estudiar los fósiles no eran capaces de explorar la pigmentación de los animales antiguos, lo que es fundamental para reconstruir exactamente su aspecto.
Este artículo más reciente marca un gran avance en la capacidad de resolver pigmentos de color fosilizados en especies desaparecidas mediante el mapeo de elementos clave asociados con el pigmento melanina, el pigmento dominante en los animales. En forma de eumelanina, el pigmento da un color negro o marrón oscuro, pero en forma de feomelanina, produce un color rojizo o amarillo.
La clave del trabajo fue determinar que los metales traza se incorporaron a la piel de ratón fosilizada exactamente de la misma manera que se unen a los pigmentos en animales con altas concentraciones de pigmento rojo en su tejido.