Fue en noviembre del año pasado cuando el científico chino He Jiankui despertó la alarma en todo el mundo al anunciar que había logrado editar genéticamente a dos bebés que habían nacido sin complicaciones y, aparentemente, inmunes al virus del VIH. Ahora, Denis Rebrikov, un biólogo ruso, busca replicar sus pasos, pero con la autorización necesaria para realizar el procedimiento.
Hace un par de semanas Rebrikov hizo pública su intención de modificar embriones humanos para luego implantarlos en vientres que permitan su gestación en normalidad. Ahora, mientras espera que las autoridades rusas le den la aprobación a su experimento, comunicó que ya tiene cinco parejas interesadas en ser parte de su trabajo.
Se trata de cinco parejas con diversos niveles de sordera que buscan, a través del uso de la herramienta de edición genética CRISPR-Cas9, tener hijos que puedan escuchar sin problemas. Una modificación que el científico ruso está dispuesto a intentar con su programa.
El problema del uso de esta técnica -y una de las mayores críticas que recibió He el año pasado- es que aún no se conocen las consecuencias que pueda tener la edición genética en las futuras personas que nacerán de estos experimentos. Si bien el genoma fue descifrado hace más de una década, aún no es posible comprenderlo en su totalidad, ni saber qué significa completamente cambiar algo en algún lugar de nuestro ADN.
Otro de los problemas éticos que involucra la edición genética en embriones humanos es el inicio de los "bebés de diseño", es decir, personas que sean "creadas" en laboratorios según las solicitudes de sus padres para aumentar ciertas características en función de la modificación de sus genes.
Actualmente los científicos pueden utilizar la técnica CRISPR-Cas9 en embriones humanos, pero sólo pueden mantenerlos con "vida" un par de semanas y luego deben ser destruidos, ya que internacionalmente no está permitido este tipo de experimentos.