El siguiente paso en la exploración espacial parece estar en los drones. Estas pequeñas aeronaves manejadas a través de un control remoto y que en la Tierra se han transformado en un elemento común, ahora la NASA está pensando en utilizarlas como su próxima herramienta de investigación en el espacio, específicamente en los cuerpos celestes que podrían albergar organismos biológicos.
Así, en las próximas décadas, dos drones saldrán al espacio para continuar con el proceso de ampliar el conocimiento sobre ciertos mundos en el Sistema Solar.
El primero es el helicóptero de la misión Mars 2020 que finalizó sus pruebas de vuelo el mes pasado en California, Estados Unidos, y que irá el próximo año al planeta rojo para explorar, por primera vez este lugar desde el aire.
Hasta ahora, todos los instrumentos que han llegado a Marte lo han analizado desde su superficie, con rovers y landers, o bien con satélites que lo orbitan. Este dron es el primer híbrido entre ambas alternativas.
El último anuncio de la agencia espacial es que llevarán esta tecnología incluso más allá. En 2034 se espera que un dron llegue a Titán, la luna más grande de Saturno, en un proyecto que ha sido liderado por Elizabeth Turtle. Para lograr esto "Dragonfly", como es llamada la nave, deberá despegar en 2026 para recorrer los 1,4 mil millones de kilómetros hasta el satélite natural.
El interés en Titán surgió luego de los datos entregados por Cassini (la sonda de la NASA que terminó su misión colisionando contra la atmósfera de Saturno) en los que se alertaba sobre la posibilidad de que esta luna pudiese tener condiciones aptas para desarrollar vida como se le conoce actualmente.
De esta forma, estas dos naves marcarán un precedente en la nueva forma de mirar el espacio, ahora con drones, en medio de una carrera espacial que tiene a diversos países interesados en volver con misiones tripuladas a nuestra Luna, un hito que prontamente cumplirá 50 años.