Misión cumplida: la organización estadounidense The Planetary Society anunció el miércoles que su vela solar LightSail 2, lanzada el mes pasado, elevó con éxito su órbita utilizando solo el poder de los fotones del sol.
El equipo detrás de este experimento, que costó US$7 millones, dijo que había logrado probar una nueva forma de propulsión alternativa que algún día podría transformar la exploración del espacio profundo al eliminar la necesidad de costosos cohetes y combustible.
"En los últimos cuatro días, la nave espacial ha alcanzado su apogeo, o punto alto orbital, en aproximadamente 1,7 kilómetros atribuibles a la navegación solar", dijo Bruce Betts, gerente del programa LightSail 2.
Eso la convierte en la primera nave espacial en utilizar la vela solar para propulsión en la órbita de la Tierra, y en la segunda nave de este tipo en volar con éxito, después del Ikaros de Japón, que se lanzó en 2010.
"Esta tecnología
nos permite llevar cosas a destinos extraordinarios en el sistema solar, y tal vez incluso más allá, de una manera que nunca ha sido posible porque no necesita combustible y ni los sistemas para controlar el combustible", dijo
Bill Nye, director ejecutivo de Planetary Society.
Agregó que le gustaría ver la tecnología aplicada a las misiones que buscan vida en Marte, la luna Europa de Júpiter y la luna Titán de Saturno. "Las velas solares podrían permitir reducir el costo de estas misiones", dijo.
Otro uso para esta tecnología puede ser el mantenimiento de satélites artificiales en un punto fijo, lo que requeriría infinitas correcciones con métodos convencionales.
La idea de la navegación solar fue teorizada por primera vez en los 1600 por Johannes Kepler, quien escribió que las velas y los barcos "podrían adaptarse a la brisa celestial".
LightSail 2 pone esto en práctica a través de un pequeño satélite con una lámina de 32 metros cuadrados de tereftalato de polietileno (PET) muy delgada, ligera y reflectante, que debería permitir mover el aparato por el simple impulso de los fotones del Sol.
Al rebotar contra la vela, los fotones transfieren su impulso en dirección opuesta a la luz reflejada. Los paralelos con la navegación oceánica no se detienen allí: a medida que vuela hacia el Sol, la vela se orienta hacia el borde, apagando efectivamente su empuje. Al volar lejos del Sol, la vela gira hacia los fotones y recibe un ligero empujón.