SpaceIL (Imagen referencial)
Cuando el pasado 11 de abril la sonda privada de Israel Beresheet no logró llegar controladamente a la superficie de la Luna, las autoridades del país y el equipo de SpaceIL catalogaron la misión de un éxito por el aprendizaje obtenido. Sin embargo, el viaje al satélite natural de la Tierra podría tener otra consecuencia, ya que a bordo de la nave viajaba un compartimiento con miles de tardígradas.
Estos organismos son muy especiales en la biología de nuestro planeta ya que son extremófilos, es decir, que son capaces de resistir a condiciones extremas como temperaturas muy bajas, altos niveles de radiación, vivir en el vacío e incluso décadas sin comida lo que los hace "perfectos" para el hostil ambiente que presenta la Luna.
Tras un análisis de la trayectoria realizada por Beresheet en su viaje al satélite natural y el equipo en que los micro-animales fueron enviados a la Luna "creemos que las probabilidades de que las tardígradas sobrevivieran [a la colisión] son extremadamente altas", explicó el cofundador y director de Arch Mission Fundation, Nova Spivack.
Este organismo es el responsable por el viaje de la sonda israelí que se proponía como la primera nave en llegar a la Luna de origen privado ya que SpaceIL inició este proyecto en el marco del concurso PriceX, pero no logró completar las metas de trabajo, aunque de todas formas recibió un aporte económico por parte de la fundación responsable de la competencia.
Los micro-animales "son ideales para ser incluidos [en estas misiones] porque son microscópicos, multicelulares y tiene una de las formas más durables de vida en nuestro planeta, agrega el responsable de la firma que está dedicada a crear una suerte de "enciclopedia galáctica", como la que narra Isaac Asimov en su cuento "Foundation".
Las tardígradas, también llamadas "osos de agua" por la forma en que se mueven, pueden alcanzar hasta los 0,5 milímetros en su etapa adulta y algunos pueden ser vistos a "simple vista", pero los más pequeños pueden llegar a ser de sólo 0,05 milímetros de longitud.
La duda sobre su sobrevivencia en la Luna es si lograron mantenerse luego de la explosión. El problema llegaría al momento de intentar formar una colonia lunar, explica el experto en estos organismos de la Universidad Baker, William Miller, ya que para "transformarse en criaturas activas, crecer, comer y reproducirse necesitarían agua, aire y comida", elementos que tienen en el satélite.
Su rescate se ve poco probable además porque la próxima misión tripulada que está planeada a la Luna es Artemis IV que debería llegar en 2024 a su objetivo. El problema es que la NASA tiene planeado alunizar en el polo sur del cuerpo celeste y la sonda Beresheet se estrelló en el Mar de la Serenidad, ubicado en la zona noreste.