La NASA está corriendo en contra del reloj, en sólo cinco años debe cumplir la meta impuesta por la administración del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de llegar a la Luna con una misión tripulada. Una hazaña que no se logra desde 1972 y que -con el programa Artemis- además posicionará a la primera mujer en el satélite.
Para lograr esto, la agencia espacial solicitó apoyo de empresas privadas, especialmente para la construcción del lander, el vehículo con el que alunizarán en 2024. En esta carrera, la NASA ha impuesto un plazo que culmina el próximo 1 de noviembre para que las compañías presenten sus propuestas.
Así, la primera compañía que lo logre será la que viajará a la Luna en 2024, mientras que el segundo proyecto en ser adjudicado, llevará a la misión que viaje en 2025.
"Con el fin de acelerar nuestro regreso a la Luna y prepararnos para Marte, colaboramos con la industria en ideas para agilizar el proceso de adquisición", explicó Marshall Smith, director del Programa de Exploración Lunar Humana en la sede de la NASA en Washington. "El sector privado estaba ansioso por darnos su opinión durante todo este proceso, y recibimos más de 1.150 comentarios sobre el borrador de las solicitudes emitidas durante el verano".
La decisión de recaer en compañías privadas ocurre porque la construcción típica de naves de este tipo suele tardar entre seis y ocho años en desarrollarse, un plazo con el que no cuenta la agencia espacial ya que el mandatario estadounidense pretende concretar este viaje antes de que culmine el próximo periodo presidencial, en el que espera mantenerse en la Casa Blanca.
Después de revisar los comentarios de las firmas privadas, la NASA eliminó los requisitos que la industria percibía como posibles barreras para la velocidad al tiempo que preservaba todas las medidas de seguridad humana de la agencia. Por ejemplo, la industria declaró que la entrega de una gran cantidad de informes técnicos formales requeriría que una compañía gastara recursos considerables e incurriera en un riesgo de programación indebido.
Teniendo esto en cuenta, la NASA ha diseñado un modelo de conocimiento menos formal que se utilizará para acceder a los datos críticos del contratista y minimizar los gastos administrativos. Como resultado, se redujo el número de entregas de contratos requeridos de 116 a 37.