Rafael Yuste: "Chile sería un ejemplo a seguir por otros países" en la protección de los datos que se extraigan del cerebro
Los neuroderechos son una preocupación que la humanidad podría enfrentar en los próximos años y el mayor experto mundial se encuentra en nuestro país esta semana para contribuir en la legislación que permita proteger a las personas del uso que se le pueda dar a esta información y asegurar su privacidad.
Una inteligencia artificial que sea capaz no sólo de entender y conocer, sino también manipular los procesos que ocurren en nuestro cerebro. Parece casi ciencia ficción, pero la realidad es que no está tan lejos de la tecnología que existe actualmente en el mundo, al menos así lo cree el neurobiólogo español Rafael Yuste, uno de los mayores activistas sobre los "neuroderechos" en el mundo y que esta semana está en nuestro país para trabajar en un proyecto de ley que será presentado la próxima semana por el senador Guido Girardi.
El científico, que actualmente se desempeña en Estados Unidos a cargo del Proyecto BRAIN -aprobado en 2013 por el entonces Presidente Barack Obama- con el que investigan sobre neurotecnología, herramientas creadas para leer las actividades de las neuronas en el cerebro y para modificar la actividad de las neuronas, asegura que será necesario actualizar la Carta Fundamental de Derechos Humanos.
Este documento, firmado en 1948, expone 30 artículos que toda persona en el planeta debe tener. Ahora, el grupo de científicos liderado por Yuste propone agregar cinco puntos a este escrito que hagan referencia a los tiempos actuales y, por sobre todo, a los que vienen a futuro. Se trata de parámetros que permitan resguardar los "neuroderechos" que se enmarcan en cinco espacios fundamentales de resguardo: Privacidad mental, integridad personal, libre albedrío, acceso equitativo e igualitario y protección contra los sesgos.
Queremos proteger que los sesgos de la inteligencia artificial no se metan en los cerebros, porque van a alterar la capacidad de decisión de las personas
Rafael Yuste, neurobiólogo líder del Proyecto BRAIN
Estos son los mismos principios que Yuste ha trabajado con el equipo jurídico del Congreso Nacional para permitir la creación de un proyecto de ley que será presentado la próxima semana por el presidente de la comisión Desafíos del Futuro del Senado, Guido Girardi.
"Cuando vine al Congreso Futuro 2019 en enero, presenté el problema de la neuroprotección como un problema con el que necesitamos hacer algo, y al senador Girardi le pareció que Chile podía hacer algo con la comisión del Futuro", comenta el científico a Emol en medio de una ajustada agenda en nuestro país que esta semana lo llevó incluso a reunirse con el Presidente Sebastián Piñera.
"Cada país debería hacer estas reflexiones, Chile es un país pionero en este sentido", agrega el científico, explicando que el trabajo en nuestro país incluye "una enmienda a la Constitución y un proyecto de ley que regule la neuroprotección". "Chile sería un ejemplo a seguir por otros países y el objetivo último sería llegar a la Declaración Universal de Derechos Humanos y ponerla al día".
Los cinco derechos fundamentales
En el trabajo internacional que mantiene el neurobiólogo español han sintetizado los derechos fundamentales que deben ser resguardados para todos los seres humanos en el planeta. Parámetros que permitan mantener la autonomía de las máquinas una vez que éstas sean capaces de entender y manipular nuestra forma de pensar.
Yuste explica que la base de los neuroderechos se hace fundamental cuando se ven los resultados que actualmente se obtienen en laboratorios -como los administrados por el Proyecto BRAIN-. "Estas tecnologías están empezando a llegar, nosotros en los laboratorios con los animales hacemos todos estos experimentos ya; y con personas se está comenzando a decodificar la actividad cerebral utilizando ciertos métodos", explica el científico.
Una de las bases de estas herramientas es que en el futuro podrían entregar una "ayuda efectiva" a pacientes con patologías psiquiátricas o neurológicas en la interfaz cerebro-computador, pero el temor es que se comience a "alterar la capacidad de decisión de las personas. Ahora se está autorizando con pacientes que lo necesitan, pero se están desarrollando métodos para hacer este tipo de interfaz de una manera no invasiva".
"Estamos en el comienzo de lo que puede ser una carrera para desarrollar esta tecnología por motivos económicos. A nosotros nos parece bien que esto ocurra, pero nos queremos asegurar de que se utilicen con respeto a estos derechos básicos que hemos propuesto", insiste Yuste tras comentar la existencia de centros de investigación de este tipo en China, en Japón, en Australia, en Canadá, en Israel y la Comunidad Europea. Además de los proyectos que Facebook y Microsoft han anunciado en las últimas dos semanas.
Los derechos fundamentales propuestos
Privacidad mentalLos datos obtenidos del cerebro debiesen ser tratados con el mismo rigor legal que si fuesen un órgano del cuerpo. Que nadie pudiera utilizar nuestros neurodatos sin nuestro consentimiento.
Integridad personalMantener la integridad de cada persona cuando esté bajo una interfaz cerebro-computador. El problema que surge es que cuando más conectado estás a la red, menos tú eres, y queremos preservar el derecho a la identidad personal como un Derecho Humano básico.
Libre albedríoAl estar expuesto al funcionamiento de una máquina con algoritmos con directa conexión al cerebro humano estás perdiendo tu capacidad de decisión, tu libre albedrío, y hay un agente externo, que es un algoritmo, que está decidiendo por ti. Nosotros pensamos que la libertad de decisión es un derecho básico.
Acceso equitativo e igualitarioLas neurotecnologías permitirán a las personas aumentarse cognitivamente. Esto puede causar una desigualdad social y podríamos generar un humanidad de dos velocidades. Queremos es que un Derecho Fundamental, basado en el principio de justicia, que entregue un acceso equitativo y que sea la sociedad la que decida quién se aumenta, que no sea un principio económico o político.
Protección contra los sesgosEstas tecnologías, sobre todo si tienen inteligencia artificial, van a venir con cierto sesgos y queremos proteger que estos sesgos no se metan en los cerebros, porque van a alterar la capacidad de decisión de las personas.
Una sociedad mejorada en igualdad
Entre los puntos que Yuste quiere integrar en la Carta Fundamental de Derechos Humanos, uno de los conceptos que toma relevancia es la "humanidad de dos velocidades" que se podría generar con el aumento de capacidades cognitivas que puede significar la integración de máquinas que mejoren las capacidades cerebrales en algunas personas.
De ahí que los científicos deseen asegurarse que estas mejoras ocurran no sólo de una manera equitativa e igualitaria, sino que además se dejen fuera motivaciones económicas o políticas.
Una situación similar ocurre con un punto de las inteligencias artificiales que ya ha sido criticado en el pasado: sus sesgos. Diversos estudios han demostrado que estos softwares pueden "heredar" los patrones de pensamiento de sus creadores, por lo que gran parte de las inteligencias artificiales que existen suelen ser "muy masculinas y muy blancas".
Esto involucra un gran problema cuando se trata de conectar estos sistemas directamente con el cerebro porque "podrían alterar la capacidad de decisión de las personas".
Además, los sesgos dentro de las inteligencias artificiales son aprendidos como base y esto impacta en la relación que mantienen con las personas que utilizan esta tecnología y que, muchas veces, no entra dentro de los parámetros de quienes las programaron.