El David de Miguel Ángel, el célebre artista del Renacimiento, tiene en su cuello moldeado una característica anatómica que hace un siglo no se conocía y no estaba documentada por la medicina.
En la gran mayoría de las esculturas, y en la fisiología cotidiana de las personas, la vena yugular que se extiende desde la parte superior del torso hasta el cuello no es visible.
Pero, en la obra maestra del Renacimiento, la vena está claramente "distendida" y se hace visible por encima de la clavícula de David, como ocurriría en cualquier joven sano que esté entusiasmado por enfrentarse a un oponente potencialmente letal, en este caso, Goliat.
La distensión de la vena yugular también puede ocurrir con enfermedades, como "presiones intracardiacas elevadas y posible disfunción cardíaca", señala Daniel Gelfman, profesor en el Marian University College of Osteopathic Medicine en Indianápolis, autor de la novedosa investigación del David de Miguel Ángel.
"Miguel Ángel, como algunos de sus contemporáneos artísticos, tenía formación en anatomía", escribió Gelfman en una carta publicada el 26 de diciembre en la revista JAMA Cardiology. "Me di cuenta de que Miguel Ángel debió haber notado una distensión venosa yugular temporal en personas sanas que están emocionadas".
Según Gelfman, el artista llegó a esta conclusión un siglo antes de su descubrimiento y documentación por la ciencia médica.
"En el momento en que se creó el David, en 1504, William Harvey aún no había descrito la verdadera mecánica del sistema circulatorio. Esto no ocurrió hasta 1628 ", señaló Gelfman.
"Estoy sorprendido de su capacidad para reconocer este hallazgo y expresarlo en su obra de arte en un momento en que había información tan limitada en fisiología cardiovascular", escribió Gelfman. "Curiosamente, incluso hoy, este fenómeno no se discute en los típicos libros de texto de cardiología".
Incluso, esta característica anatómica también aparece en otra obra de Miguel Ángel, específicamente en la escultura de Moisés en la tumba del papa Julio II en Roma.