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Científicos chilenos confirman hallazgo de fósil de huevo más grande de la era de los dinosaurios en la Antártica

De casi 30 centímetros, correspondería a un reptil marino que vivió hace más de 66 millones de años en la península.

17 de Junio de 2020 | 13:48 | Redactado por V.Marín, Emol
Por cerca de ocho años a este objeto se le conoció como "The Thing" -por la película de terror y ciencia ficción de John Carpenter de 1982- debido a su extraña apariencia, similar a una gran pelota de baásquetbol aplastada o a un saco plegado, así como por el hecho de haber sido encontrado en la Antártica.

El misterio sobre qué era este fósil, hallado por investigadores de la Universidad de Chile y del Museo Nacional de Historia Natural -entidad dependiente del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio- durante una expedición a la Antártica en el 2011, fue resuelto por científicos de ambas instituciones y de la Universidad de Texas en Austin.

La investigación, destacada por la revista Nature, determinó que el inusual cuerpo se trataría del mayor huevo de la era de los dinosaurios del que se tenga registro, y el segundo más grande en la historia, después del huevo del “ave elefante”, un ave extinta -similar a un avestruz- que habitó Madagascar hasta el siglo XVIII.

6,5 kilos pesó el huevo encontrado
Según informó la Universidad de Chile a través de un comunicado, la microscopía electrónica de barrido, espectroscopía de rayos X y difracción, espectrometría y tomografías fueron parte del análisis que permitió al equipo de científicos concluir que se trataría además de un particular huevo de cáscara blanda, parecido a los que colocan lepidosaurios como lagartos, serpientes y tuátaras en la actualidad.

259 especies de lepidosaurios integraron la gran base de datos construida por los investigadores para identificar la relación de este huevo con este grupo de animales.

“Se hicieron dos estudios para identificar características del huevo y tamaños corporales de la madre. Uno de ellos permitió comprobar que el huevo era de cáscara blanda, una muy delgada además. El segundo analizó una gran cantidad de lepidosaurios para intentar estimar el tamaño de la madre en relación a las dimensiones del huevo, lo que arrojó un rango amplio, entre 7 y 17 metros”, explicó Alexander Vargas, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y director del Proyecto Anillo Registro Fósil y Evolución de Vertebrados, integrado por la Universidad de Chile, el Museo Nacional de Historia Natural y el Instituto Antártico Chileno (INACH).


Expedición en la Isla Seymour, donde fue encontrado el huevo. (Crédito Rodrigo Otero, Universidad de Chile)

Enorme tamaño y raro


Este es el huevo de cáscara blanda más grande que se conozca a la fecha. Su masa estimada estaría cerca de los 6,5 kilos, y tendría unos 29 centímetros en su eje mayor y 20 en el menor.

El aspecto de pelota de goma desinflada fue clave para plantear que se trataba de un huevo blando eclosionado, pero los estudios posteriores precisaron además que presenta una corteza calcárea externa 10 veces más delgada que la que tendría un huevo de cáscara dura de este tamaño (como los de aves y cocodrilos) y una membrana testácea proteica interna de gran grosor, características que le dan la apariencia de cáscara blanda a este tipo de huevos.

El fósil fue nombrado Antarcticoolithus bradyi, que significa “huevo de piedra antártico tardío

Su importancia está dada tanto por su enorme tamaño como por su rareza. De hecho, hasta hoy se conoce sólo un registro de huevo fosilizado de este tipo en China.

“Gracias a este hallazgo ahora sabemos que existen huevos de cáscara blanda de este tamaño. La masa límite de estos es de 700 gramos, entonces viene a romper el esquema con sus 6.5 kilos, comparables a la masa del gran huevo del 'ave elefante' de Madagascar y a los mayores huevos de los dinosaurios no aviares. Con este dato podemos comprender un poco más sobre la forma de reproducción de los grandes reptiles marinos de la era mesozoica”, destaca David Rubilar, Jefe del Área de Paleontología del Museo Nacional de Historia Natural, que participó en este trabajo.

El fósil, nombrado Antarcticoolithus bradyi, que significa “huevo de piedra antártico tardío”, es algo inédito también porque la regla general en el caso de los fósiles “es que se preserven sólo aquellos de cáscara dura, mientras que los huevos de cáscara blanda, compuestos principalmente de una capa proteica, tienden a descomponerse con facilidad, y no quedar preservados como fósiles”, agrega el investigador.

Reptil marino


El estudio, realizado junto a científicos de la Universidad de Texas en Austin, determinó que la especie que produjo este huevo correspondería a un reptil marino, muy probablemente a un mosasaurio, especie que vivió hace más de 66 millones de años en Europa Occidental, Norteamérica, Sudamérica y Antártica.


Ilustración de Kaikaifilú hervei. (Crédito: Francisco Hueichaleo)

“Los mosasaurios son lagartijas gigantes adaptadas al agua, directamente emparentados con lagartos monitores de lengua bífida, como el dragón de Komodo, y serpientes. Este es probablemente un huevo vestigial de uno de ellos, es decir, un huevo cuyo desarrollo transcurre en el útero, y que apenas sale de la madre, la cría emerge de él. Se considera una forma distinta de viviparismo en reptiles, de dar a luz crías vivas”, planteó Alexander Vargas.

La isla Seymour -el sitio donde fue encontrado- es abundante en fósiles de mosasaurios y plesiosaurios, comentó además Rodrigo Otero, investigador de la Red Paleontológica de la U. de Chile que encontró este huevo junto a David Rubilar.

Desde este sector extrajeron también los restos que le permitieron, junto con otros científicos, describir al Kaikaifilu hervei el año 2017, el mosasaurio más grande de Antártica conocido hasta el momento, y de la misma edad del huevo.

"Los mosasaurios son lagartijas gigantes adaptadas al agua, directamente emparentados con lagartos monitores de lengua bífida, como el dragón de Komodo, y serpientes. Este es probablemente un huevo vestigial de uno de ellos, es decir, un huevo cuyo desarrollo transcurre en el útero, y que apenas sale de la madre, la cría emerge de él

Alexander Vargas, académico de la U. de Chile
“Todas las características de este huevo de cáscara blanda apuntan a afinidades con lepidosaurios, que es un grupo que incluye a los mosasaurios. Sabemos que existen mosasaurios de la talla suficiente para producir un huevo de estas características, como es el caso del Kaikaifilú hervei, cuyo tamaño se estima entre 7 a 10 metros. Pero la parte que no sabemos es lo que pasa con los plesiosaurios. Sabemos que hay plesiosaurios de hasta 12 metros en Antártica, pero es un grupo que se extingue en el límite K/Pg (evento de extinción masiva de hace 66 millones de años) y, por lo tanto, no tenemos forma de hacer una comparación con organismos vivos del mismo linaje”, planteó.

Los investigadores dataron este fósil en cerca de 66 millones de años, justo al final del período Cretácico, por lo que fue puesto muy cerca del momento de la extinción masiva que pone fin a la era de los dinosaurios.
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