La primera boya inteligente para ayudar a detectar la presencia de ballenas y que en octubre pasado se instaló en el golfo de Corcovado, frente a Chiloé,
fue destruida y se encontró varada en la isla Lemuy, a 80 kilómetros de su ubicación original. Según señaló Sonia Español, directora ejecutiva de la Fundación MERI -parte del proyecto junto al Ministerio del Medio Ambiente-,
el peritaje da señales inequívocas de acciones de terceros, razón por la cual se estableció la querella contra todos quienes resulten responsables". Paralelamente, los involucrados en la iniciativa ya trabajan en
levantar la información necesaria para evaluar la factibilidad de reparación y posterior reinstalación del aparato.
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