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"No creo que los niños tengan que criarse solos"

01 de Marzo de 2005 | 11:31 |
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Iván Valenzuela nació en Rancagua el 3 de mayo de 1966, después se fue a vivir a Linares y finalmente aterrizó en Santiago. Estudió en el Colegio de La Salle e hizo un año de ingeniería comercial en la Universidad de Chile, antes de entrar a periodismo en la Católica.

Pausado y cerebral, reconoce que se ha ido soltando con el tiempo, pero que todavía no se acostumbra a que lo miren y reconozcan en la calle.

Vive en Santa María de Manquehue, pero le da pudor reconocerlo, sólo contesta que habita “en la populosa comuna de Vitacura”. Se ríe y dice que cuando recién se cambiaron le daba vergüenza, porque encontraba que era “como muy pituco”, tenía una rutina con su señora para esquivar la pregunta. Lo mismo le pasa cuando se compra ropa nueva o cambia el auto. “Debe ser mi espíritu calvinista; católico, más bien”, explica.

Su primer matrimonio duró muy poco. Ahora está casado hace 7 años con Rosario Camacho y tienen dos hijos: Lucas (4) y Olivia (6); el tercero viene en camino.

-¿Cómo eres como papá?
“Cuando nació mi primera hija, el que la que la bañaba era yo, porque a la Rosario le daba como nervio al principio. Soy súper participativo en la crianza”.

-¿Vas a reuniones de colegio y todo eso?
“Por el programa de radio, ahora no puedo, pero llego aunque sea al final. También voy a los actos, incluso a los del jardín, porque de esas cosas se componen los recuerdos. Son súper importantes estas cosas para mí.
“Te diría que mi familia y mis hijos están en absoluto primer lugar. Me cuesta pensar en cosas… a ver yo sé que mi horario de trabajo me impone ciertas restricciones, yo no puedo ir a dejar a mis hijos al colegio y para mí eso ha sido un problema, pero este año voy a poder ir a buscarlos varias veces en la semana y esa fue una de las razones por las que me queda cómodo el nuevo horario, aunque me tenga que levantar a las cinco de la mañana. En mi vida me había levantado a las 5 de la mañana, pero uno aprende”.

-¿Compensa?
“Una cosa me compensa la otra, más allá de todas las otras consideraciones y para mí fue muy relevante. Si en algún momento el trabajo interfiriera heavy con la familia, tendría que hacerlo de otra manera”.

-¿Eres conservador en la educación de tus hijos?
“A ver, la disquisición conservador-liberal es falaz, porque yo creo en la más amplia libertad de las personas, pero al mismo tiempo creo en algunas tradiciones. O sea, a mí NO (y lo recalca) me gustaría que el pololo de mi hija se quedara a dormir en mi casa… no, no y eso no tiene que ver con la libertad”.

-¿Cuál es, a tu juicio, la disquisición?
“Podría ser conservador- progresista y, en esa lógica, soy más conservador para las cosas de la familia. Pero, sí creo profundamente en la libertad, porque que es el ámbito del crecimiento verdadero y no tengo ni una duda y ahí sí aspiro a que mis hijos se críen en un ambiente de libertad de pensamiento, de exploración”.

-Es decir, debes entregarles armas para saber usar la libertad.
“Claro, tiene que ser guiada y enmarcada por los padres. No creo que los niños tengan que criarse solos ni experimentar cualquier cosa a cualquier edad.
“Ese pensamiento puede ser tremendamente conservador y retrógrado para algunos, pero, para mi gusto, es el pensamiento correcto. Allá otros con lo que hagan, pero ésa es mi manera de verlo”.

-Dame ejemplos.
“En mi casa los niños se duermen a las nueve de la noche; almuerzan a la una y media y se comen toda la comida y la que haya, y eso no tiene que ver con ser liberal o conservador, no pasa por ahí.
“Ahora, en algunos ámbitos que les son propios, trato de estimular que mis hijos elijan con la mayor libertad posible, que exploren en su ambiente de libertad y que tengan la oportunidad de hacer todos los planteamientos hasta un determinado momento en que las cosas por práctica o por ética -o por lo que sea- tienen que seguir avanzando, porque si no podrías estar discutiendo cinco días sobre el postre o la comida, pero eso no es práctico.
“Se duermen a las nueve de la noche, porque lo van a pasar mejor al día siguiente y porque nosotros lo vamos a pasar mejor solos a esa hora. Así de simple, por cuestiones prácticas, no por cuestiones filosóficas”.

-Rosario dejó de trabajar por los niños ¿priorizaron la familia?
“Fue una opción libre de ella, tal como volver al emprendimiento. Nunca dejó de trabajar completamente, porque dejó de estar contratada, pero siguió haciendo cosas que le permitían tener una jornada muy flexible.
“Ahora, con la tienda que abrirá, se va a rigidizar un poco su horario, pero ése es un emprendimiento de ella, en el que colaboramos juntos, porque a la larga el capital es mutuo, pero es una decisión de la Rosario, en las que sólo me entrometo para saber cuán bien le hacen esas decisiones a la pareja o la familia, pero no en términos de el que mantiene esta casa soy yo, no tengo ese rollo y ojalá pudiera ser todo lo contrario, podría ser incluso mucho mejor”.



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