El animador viñamarino de 29 años se las trae. Si bien siempre se sintió atraído por el mundo de las artes, ya que su madre era artista, estudió ingeniería comercial en la Universidad de Viña del Mar, porque su papá era un empresario tradicional. Sin embargo, en la actualidad se desempeña como animador en dos programas y tiene una productora de entretención.
Con su bagaje familiar y personal ha podido incursionar en diferentes programas y crear proyectos experimentales para televisión, donde la mezcla de su pasión por la TV, su lado artístico y su faceta estratégica de ingeniero no siempre le ha dado buenos resultados.
-¿Por qué estudiaste ingeniería comercial?
“Porque era la típica carrera que servía para aplicar a todo. Yo no tengo hobby, excepto comprarme revistas de decoración, tengo mi lado femenino bien desarrollado”.
-¿Tu lado femenino tiene que tener una gran importancia para que estés en Pasiones?
“Viene por eso, lo tengo muy marcado por mi mamá y mi hermana menor, somos súper parecidos de personalidad. Siempre he estado influenciado por mi mamá por el rollo artístico. Por ejemplo, cuando era chico e iba al baño, en vez de leer Condorito, como todos, leía revistas de decoración”.
-¿No pensaste estudiar periodismo?
“Yo venía del Mackay que es un colegio del que no salen artistas ni gente ligada al mundo de las comunicaciones. Me planteé que quería vivir de esto, ser animador de TV. No es que me descubrieran ni nada, yo elegí esto y me vine a Santiago a hacer carrera. Después trabajé en proyectos experimentales, como productor y creador. “El último apaga la luz” fue idea mía. Entonces comencé a aplicar la ingeniería comercial en lo que más me gusta; la tele es harto de esto y tengo cultura televisiva, hasta pensé en hacer un postgrado en Inglaterra de producción de TV”.
-¿Te gusta mucho el cuento de la tele?
“Más que salir en la tele me gusta la TV”.
-¿Cómo llegaste?
“Tengo la personalidad para esta pega. Yo era el típico que animaba las cosas del colegio, que estaba en los talleres de teatro y artísticos pero que no pensaba en ser ni músico ni actor, pero estaba en todas, era el bueno para el hueveo del curso. Después empecé a animar los eventos universitarios y ahí conocí al profesor Salomón, empezamos a hacer teatro y a animar discos por todo Chile. Luego un amigo me invitó a trabajar en un programa de UCV, después me llamaron de Rock & Pop y me fui a Santiago, estuve 4 años allí mientras terminaba de estudiar”.
Entre risas cuenta que él era el “popero” del canal Rock & Pop, y que había un sector alternativo que lo odiaba.
Luego de su paso por el acaecido canal, estuvo un año probando suerte en la escuela de talentos de TVN, mientras terminaba su último año de comercial. Pero como no era periodista no lo podían meter en ningún programa, hasta que escuchó que había una prueba de cámara para el programa “Extra jóvenes”; fue y quedó y tuvo que tomar menos ramos en la universidad.
La decisión de convertirse en animador se transformó en un conflicto familiar. Sus padres se enfurecieron por el hecho de haber pagado cuatro años de ingeniería comercial para que su hijo terminara circulando por los inestables parajes del mundo de la televisión.
-¿Te sientes buen comunicador?
“Estoy en un buen período para llegar a ser como quiero, no sé si bueno o malo; quiero ser completo, antes no me preocupaba de mi pinta ni nada, ahora asumí todo lo que lo que involucra, ahora las presiones son mayores. Me reconocen mucho más, me tiran tallas en la calle, antes no era así. Asumir esa realidad involucra todo un comportamiento, también la madurez de ser papá me ha puesto más responsable”.
-¿No crees que para ser buen entrevistador hay que ser periodista?
“Es un poco prejuicioso, quizás sería mejor si lo fuera, pero ya estoy muy viejo para estudiar; estoy casado y tengo una hija, no tengo tiempo. Pero no es obligación, tiene que ver más con la capacidad para escuchar como en “Primer Plano”, que son más profundas”.
-¿Cómo fue tu paso de notero a conductor?
“Fue raro, yo venía avanzando súper rápido, hice programas experimentales, de ahí tuve un estancamiento porque tuvieron poca audiencia, era lo que quería hacer pero no eran populares. Hice “Amores Ciegos” y de ahí estuve un año sin hacer nada y me seguían pagando. Después en “Primer Plano” hice entrevistas, yo venía de animador y tuve que descender un escalón. Así ha sido me carrera, paso a paso y con retrocesos. He hecho todas las paradas. En TVN necesitaban un animador joven, tenía la experiencia y la edad para hacer un aporte”.
Como en ese minuto no estaba Julián Efelbein en el canal todo se dio más fácil. Afirma que siempre lo comparan con él, “tenemos cosas similares, de personalidad y en la vida”. De hecho quisieron hacer un programa ya que tenían amigos en común, pero Julián se fue de TVN. “Haríamos una buena dupla el día de mañana”.
-¿Cómo es tu relación con Felipe Camiroaga?
“He tenido una aproximación súper rápida con él porque los dos tenemos una visión parecida para hacer TV”.
-¿Ha sido difícil reemplazarlo?
“Es una responsabilidad. Es un súper buen conductor, ha corrido riesgos y eso tiene valor. Mi referente siempre ha sido él, es mi modelo. Cuando chico lo veía en sus programas y es súper entretenido trabajar ahora con él. Fue un peso cuando se fue, pero le estoy dando mi propio estilo al programa, con los matices que me interesan. Con Felipe tenemos cosas similares, pero también distintas en otras áreas y hay que ir matizando”.
-¿Y reemplazar su papel de compinche con Bárbara?
“Ella ha sido súper buena compañera. Es honesta, cero diva, no es agresiva, me ha ayudado mucho y nos hemos complementado bien. Yo armé mi carrera afuera, ellos llevan años trabajando, yo tengo mi forma de ser, busco que la gente perciba lo que soy no más. No muestro otra faceta”.
-¿Cuál es tu mayor aspiración profesional?
“¡Ser dueño de TVN! (suelta una carcajada). No me pongo esas metas, antes era más calculador, aunque sigo siendo bien programado en ese sentido, ahí aparece mi faceta de ingeniero. Yo era tan hincha bolas cuando chico que mi papá siempre me decía que había que tener método y se me metió en la cabeza. Desde que fui papá le di un giro a eso y ahora estoy más emocional. Cuando me ha ido bien ha sido porque he tenido empatía con la gente y no porque calculo las cosas. Yo prefiero trabajar con amigos que con gente que le va bien. Mis aspiraciones tienen que ver con eso, con sentirme feliz, no con la guerra del raiting, lo mío es vocación. Me levanto a las seis para hacer radio y no tengo rollo y la productora la tengo no para hacerme rico si no que para desarrollar otros lados, más estratégicos y artistas. Creo que la gente que está en la tele tiene que ser un animal de la TV, debe respirar, comer y cagar TV”.
-¿Has rechazado programas?
“Sí, en Rock an Pop, no lo pude hacer porque tenía mucho que ver con sexo y yo no me puedo engañar y hacerme el canchero. Yo no soy así, soy normal y mi sexualidad la guardo”.
-¿Te proyectas en la TV?
“En este minuto me interesa asentarme en “Pasiones” que para mi edad está perfecto, al igual que “Corre video”. Tengo 29 años ¡qué más puedo pedir! quiero seguir así un año o dos. Me gustaría también liderar un programa de humor, pero tengo que ver cómo voy evolucionando, porque todavía no me siento preparado para hacer lo que realmente quiero. Por ahora estoy en el canal que quiero; si en un período todo se trancó ahora fue todo súper rápido, tengo que madurar lo que está pasando, no volverme loco”.
-¿Y la radio?
“Es una experiencia increíble, también llegué presentando un proyecto y tengo un vínculo tremendo con la “Hit”, porque es juvenil. Yo creo que voy a estar un tiempo ahí, no sé cuánto, porque los perfiles se van topando pero quiero seguir creciendo en esa radio o en otra. Para sentirme completo me interesa hacer radio, TV y que mi productora esté andando. Estoy dispuesto a perder plata en otros proyectos que me van a generar otro tipo de cosas y desarrollar un lado comercial que me interesa”.
-¿Eres muy inquieto laboralmente?
“Todavía tengo esa mentalidad de vender conceptos, de hacer cosas como medias pendejas, es inherente a mi personalidad. Hay proyectos en que nadie sabe que estoy trabajando detrás y me gusta; mover los hilos por debajo y ver el resultado, es entretenido”.
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